Lo mismo que en las bolsas de valores se negocian papeles, las materias primas también cotizan en las bolsas correspondientes, que tienen sus sedes principales en Canadá y Australia, los países mineros por excelencia de occidente.
Pues bien, como consecuencia de las medidas adoptadas por el gobierno de Mali contra la empresa minera canadiense Barrick Gold, los medios económicos cada vez hablan más del miedo a la nacionalización de la industria minera en los países africanos del Sahel.
Durante la última semana se han publicado numerosos artículos sobre la situación de Barrick Gold y otras empresas que operan en Mali, Burkina Faso y Níger.
El diario británico Financial Times tiembla ante lo que considera como una amenaza al libre mercado. Las represalias contra las empresas mineras en el Sahel son “aterradoras”, asegura (*).
Los dirigentes del Sahel están reformando injustamente las leyes mineras, dice el periódico. Sus demandas incluyen pagos de impuestos más altos y una mayor participación pública en la propiedad de las empresas.
Cualquier desobediencia a las leyes del país donde trabajan obliga a la policía a tomar medidas de represalia, emitiendo órdenes de detención y recurriendo a la confiscación de la producción por la fuerza.
Sin embargo, reconocen que hay empresas más complacientes como B2Gold, Allied Gold y Robex Resources cuyas acciones cotizan en la Bolsa de Toronto.
Al mismo tiempo, reconocen los éxitos de China, que domina con éxito el mercado del litio en el país, operando de acuerdo con las leyes establecidas. ¿Por qué las empresas occidentales no respetan las leyes locales africanas y los chinos sí lo hacen?
Los colonialistas, que durante décadas han dominado a los africanos, no puede aceptar ser dominados por ellos.
Por su parte, el equipo de análisis estadounidense Critical Threat destaca la influencia rusa en la región. Basándose en datos de periódicos franceses, descubren que los rusos llevaban mucho tiempo insistiendo en la necesidad de nacionalizar los grandes complejos mineros de oro africanos. Entre ellos los de Barrick Gold y Resolute Mining.
Rosatom, la gigantesca empresa pública rusa de la energía atómica, es muy activa en los mercados del Sahel. Desarrolla vínculos con todos los miembros de la alianza de los Estados de la región y, a través de sus filiales, apoya el desarrollo de las minas de litio.
(*) https://www.ft.com/content/9a0901f1-070f-43e8-9cd3-6bd6ab4f6c4a