“Nos pronunciamos una vez más en condena absoluta al filibusterismo yanqui que en todas sus versiones sigue siendo el mismo a quien Andrés Castro lanzó la gloriosa piedra, y ante quienes, por supuesto, ni nos vendemos, ni nos rendimos jamás”, destacó un comunicado del Ejecutivo.
Añadió que los pueblos jamás dejarán de admirar y respetar al líder histórico de la Revolución Cubana Fidel (Castro), al general de ejército Raúl (Castro) y a los rebeldes gloriosos de la Sierra Maestra, “ante esta nueva demostración de la identidad única de los bárbaros fieros”.
“Con la autoridad moral de ese pueblo noble de (José) Martí, de Fidel (Castro), de Raúl (Castro), de Miguel Díaz-Canel, somos una sola bandera y una sola llama, muchas banderas y muchas llamas, en caminos irrevocables e insobornables de liberación”, enfatizó.
El texto, firmado por el presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo, calificó a Cuba de heroica y recordó que desde hace 65 años vive bajo el látigo de los supremacistas yanquis.
Señaló que la mayor de las Antillas es cuna de una de las más vivas Revoluciones de Nuestramérica-caribeña, cuya dignidad, heroísmo, entereza e inclaudicable convicción de libertad, admira al mundo e inspira a todos.
El pronunciamiento agregó que con la misma vara imperialista miden a unos y otros y afirmó que mientras más valientes son los pueblos, más se empeñan en doblegarlos con idéntica saña.
“Porque la rebeldía, insumisión, hidalguía y el brillo de nuestros corazones libres no pueden jamás ser aceptados por ellos (EEUU), en tanto que ciertamente esos valores constituyen el mejor ejemplo de lo que somos y seguimos siendo”, subrayó.
Nicaragua manifestó que las políticas imperialistas van más allá de las personas y son estrategias de dominación, las cuales, a lo largo de los siglos, se han ensañado en los pueblos y patrimonios, despojándolos de sus legítimos bienes y empobreciendo a las familias que viven honradamente de lo que les pertenece.
“No se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantito así… nada…”, concluyó el escrito del Gobierno sandinista citando al comandante Ernesto Che Guevara.