La burguesía se viene llenando la boca con el discurso patriótico dirigido a los obreros que hacen posible su representación parlamentaria mediante su voto. En la realidad, la burguesía trabaja sólo con el fin de lucrarse y no duda en renunciar a cualquier principio que pregona para legislar en absoluto para su sacrosanta propiedad privada y la búsqueda de beneficio económico independientemente de la patria que dicen defender. Los intangibles son para los obreros, los tangibles para sus bolsillos.
Lo que sí debemos reconocer los comunistas es el valor de su lucha ideológica, en la que nos llevan ventaja, y con la cual desconectan a amplias capas de la población obrera de sus verdaderos intereses de clase. Pero este discurso se rompe por sus costuras como hemos podido ver en el voto en contra de la denominada Ley Ómnibus que legislaba la subida de las pensiones, el aumento del salario mínimo interprofesional y la gratuidad o los subsidios a los títulos de transporte público. Las consecuencias de esta traición afectan a más de 25 millones de trabajadores directa o indirectamente.
En esta votación se ve claramente como la patria aquí es lo de menos. Han votado lo mismo los patriotas de un lado y del otro, independentistas catalanes y abiertamente españolistas, en miras de, más tarde, desviar dinero público hacia otros menesteres donde son ellos y los entramados empresariales que defienden los que se harán con ese dinero. Los que aplicaron el Artículo 155 han votado junto a los que se lo aplicaron. Aquí se demuestra su escala de valores y la verdadera naturaleza política a la que nos tienen sometidos. La democracia burguesa sólo se sostiene mediante el engaño debido a su irreversible bancarrota.
Las denominadas derechas, esto es, las agrupaciones más declaradamente reaccionarias, no serían nada si enfrente no tuvieran a los mamporreros de la mal llamada socialdemocracia, que periódicamente sacan “líderes obreros” para participar en la guerra desde otro ángulo. La votación contra la denominada Ley Ómnibus extenderá más la precarización de las vidas de amplias capas de la clase obrera. Entre todos los partidos políticos con representación, de uno y otro calado, que no son más que empresas privadas que defienden los intereses de los monopolios, han dado una nueva vuelta de tuerca al salario real de la clase obrera, devaluándolo todavía más. Con sus componendas han dejado al descubierto que lo que más les importa es perpetuarse y también los intereses de quien defienden. La patria, el bienestar de los ciudadanos, etc. han caído una vez más en saco roto y han dejado al descubierto su verdadera naturaleza. Ya advertía Lenin, hace más de cien años, que dentro de una patria existen dos patrias, la de la burguesía y la del proletariado. La burguesía, por mucho que quiera vender a la clase obrera que si a ella le va bien a todos nos irá bien, tan sólo mira por sus propios intereses, como es natural, al ser intereses contrapuestos a los de la clase obrera y como la clase obrera mismo debe hacer contra los suyos. Por eso, la clase obrera debe tomar conciencia de sus intereses de clase y defenderlos contra toda esta violencia económica y política que se ejerce contra ella por parte de la burguesía y tener claro algo tan simple como que para que a una le vaya bien a la otra le tiene que ir mal. Son vasos comunicantes.
En el PCOE tenemos claro que nuestro objetivo es hacer evidente que la lucha económica, en este caso el voto en contra de la Ley Ómnibus, tiene un trasfondo político y de intereses de clase, no es consecuencia de una casualidad, y que ningún partido comunista debe descuidar. Desde el PCOE trabajamos a brazo partido por insuflar conciencia de clase y organización a la clase obrera para elevar cada vez más la temperatura de la lucha de clases. La clase obrera es cada vez más consciente de la necesidad de emanciparse de esa forma de poder, la democracia burguesa, que cada vez deja a más y más hermanos de clase por el camino de la precariedad y la miseria, pero no tiene todavía claro cómo y hacia dónde dirigirse por la batalla ideológica a la que le tiene sometida la burguesía. Esto puede retrasar, pero no evitará el siguiente paso que es tomar conciencia de su número y su fuerza mediante el encuadramiento en el partido comunista, herramienta indispensable para crear la vanguardia que dirija a la clase obrera a su objetivo revolucionario. Por eso, desde el PCOE, te llamamos a encuadrarte en nuestras filas para construir poder obrero y crear estructuras de organización hacia la dictadura del proletariado que debe guiar a la clase obrera hacia la construcción del socialismo, la solución automática para la clase obrera.
COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)