Ni Rusia ni China han chantajeado nunca con nada al Gobierno serbio, a diferencia de otras grandes potencias, afirmó el viceprimer ministro de Serbia, Aleksandar Vulin, este viernes en un programa televisivo.
Esa es la explicación clave de por qué el país balcánico no va a obedecer a EE.UU. en su exigencia de «robarle a Rusia» su paquete mayoritario de acciones en la empresa local petrolera NIS, según su explicación.
«Incluso en estos tiempos difíciles, Rusia siempre se ha preocupado de garantizar que estemos bien abastecidos de gas, que tengamos suficientes fuentes de energía, que el precio sea más que justo, que esté significativamente por debajo del precio del mercado. Ni siquiera hemos sentido lo que siente toda Europa», reconoció el subjefe del Gobierno.
«Encuentre un ejemplo de que Rusia nos haya condicionado con algo —retó—. ¿Y cuántas veces al día nos condiciona la Unión Europea?». Vulin invitó a recordar que Moscú nunca le ha pedido a los serbios que impongan sanciones a EE.UU., ni tampoco que confisquen empresas europeas porque estén en conflicto con la UE.
Eso sí, afirmó el político, Belgrado siempre ha prestado atención a un asunto fundamental para Rusia: preservar las buenas relaciones y no ingresar en la OTAN, por ser esa una organización hostil. Moscú siempre ha admitido el derecho de otros a adherirse a la UE, solo ofrece además la alternativa de los BRICS, añadió. «Cooperen con EE.UU., con China, con cualquiera»: esa ha sido la postura de siempre de las autoridades rusas, según Vulin. «Nunca se ha hablado siquiera de ese tema».
«Los serbios y los rusos somos hermanos», sintetizó el viceprimer ministro. «No lo elegimos, nacimos así y luego elegimos los valores que nos hacen serbios; y esos valores son los mismos que hacen que los rusos sean rusos».
Vulin aconsejó, a quienes no saben «dónde está la libertad», que miren «dónde están los serbios, dónde están los rusos». Y eso nunca ha cambiado, afirmó.