«Las estructuras competentes rusas están haciendo todo lo posible para organizar el suministro humanitario de gas a la región a través de rutas alternativas», afirmó la diplomática en su canal de Telegram.
En ese sentido, argumentó que las autoridades de dicho territorio no deben hacerse falsas ilusiones sobre el origen del gas, porque venga de donde venga, sigue siendo gas de yacimientos rusos.
Estamos a favor de una solución sostenible y a largo plazo de la cuestión del suministro energético en ambas orillas del río Dniéster, ante todo en interés de los habitantes, resaltó Zajárova.
La vocera de la Cancillería rusa manifestó que Moscú espera un enfoque constructivo de todas las partes para resolver urgentemente la crisis con el suministro energético de Transnistria.
«Esta es una prueba de la verdad de las palabras y las garantías oficiales de Chisináu, la presidenta moldava, Maia Sandu, y todo este grupo en el sentido de que están por la democracia, por el pueblo, por el país. ¿Por la democracia, por el país? Resuelvan esta cuestión», indicó la representante de la cartera de Exteriores del gigante euroasiático.
El suministro de gas a Moldavia está interrumpido desde principios de enero debido a la prohibición por parte de Kiev al tránsito de gas ruso a través de Ucrania y a la negativa de Chisináu a pagar las deudas contraídas con Rusia por el combustible consumido, las que Moscú estima en 709 millones de dólares.
A diferencia de Moldavia, Transnistria no dispone de fuentes alternativas de gas. Las autoridades moldavas para ahorrar dinero, desconectaron la calefacción central y el suministro de agua caliente a los edificios residenciales, se cerraron empresas industriales y comenzaron a aplicarse cortes de electricidad.
La central eléctrica moldava, situada en la orilla izquierda del río Dniéster, ha pasado a funcionar con carbón, lo que será suficiente hasta finales de enero o mediados de febrero.