![](https://diario-octubre.com/wp-content/uploads/2025/02/12/la-usaid-financio-a-medios-de-todo-el-mundo-para-empujar-su-agenda-hacia-lugares-convenientes/imagen.jpg)
Karen Fabián (Sputnik).— Al comienzo de su mandato, el presidente estadounidense Donald Trump decretó suspender por 90 días la cooperación al desarrollo exterior —con excepción de la ayuda a Ucrania e Israel—, para evaluar qué proyectos contribuyen realmente a que el país norteamericano sea más fuerte, más seguro o más rico, con base en la doctrina «Estados Unidos primero».
Dos semanas después, el 1 de febrero, el sitio web de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en lengua inglesa) fue suspendido sin previo aviso.
«La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo se ha alejado durante mucho tiempo de su misión original de promover responsablemente los intereses estadounidenses en el exterior, y ahora está muy claro que porciones significativas de su financiamiento no están alineadas con los intereses nacionales fundamentales de Estados Unidos», aseguró el Departamento de Estado de EEUU en la red social X.
En ese contexto, la organización no gubernamental con sede en París Reporteros Sin Fronteras (RSF) aseguró que la congelación de los fondos sumió en el caos a oenegés y a varios medios de comunicación.
De manera puntual, RSF detalló que la agencia estadounidense financiaba a un ejército de medios en más de 30 países y, tan solo en 2025, destinó 268,3 millones de dólares para:
- 6.200 periodistas.
- 707 medios de comunicación.
- 279 ONG’s especiales creadas para trabajar con periodistas y medios.
En el caso específico de México, la Alianza de Medios Mx —una asociación civil sin fines de lucro que aglutina a representantes de medios de comunicación del país latinoamericano— detalló que, en 2024, la USAID destinó 77,7 millones de dólares en apoyo a supuestos programas relacionados con democracia, derechos humanos y gobernanza.
La USAID, ¿ayuda con interés?
La decisión de la Administración Trump de congelar la ayuda exterior, incluida la que se dispersa a través de la USAID, puso sobre la mesa la dependencia de los autodenominados «medios independientes» hacia el financiamiento de dicha agencia.
Sputnik conversó con la abogada y analista política, Ingrid Urgelles, para indagar en las implicaciones de lo anterior en las líneas editoriales de la prensa, así como en la percepción de las audiencias
Así, la también doctora en Literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile argumentó que, a través de USAID —pilar del llamado soft power de Estados Unidos fundado en 1961 por la Administración Kennedy—, el país norteamericano construyó una forma de incidir o manipular situaciones políticas en diversos países.
Lo anterior, precisó Urgelles, mediante el patrocinio de oenegés, reporteros e instancias no gubernamentales que enarbolan causas consideradas benéficas o de la agenda progresista, toda vez que son bien vistas por la sociedad.
«Es decir, financiar cuestiones que políticamente se vean bien, o que socialmente se vean bien, como puede ser la agenda feminista, o la agenda de derechos humanos, o también la agenda del calentamiento global, porque, en esos casos, por supuesto que, aparentemente, se ve bien», razonó la analista.
«El tema es que, en ningún caso, es algo desinteresado (…). Es decir, no es una ayuda que realmente esté buscando incidir en esas cuestiones, sino que es una ayuda para estar posicionados en ciertos medios y, de alguna manera, ir empujando la agenda hacia lugares que les convenga», añadió.
Dicho de otra manera, «si la USAID decide financiar un medio feminista, es porque ese medio no está en contra del imperialismo, probablemente, de Estados Unidos, porque si lo estuviera, a la USAID ya no le convendría».
En palabras de Urgelles, los casos más emblemáticos en la región son Cuba y Venezuela, en donde, según han denunciado las autoridades de esos dos países, la USAID ha financiado a líderes y partidos de oposición.
Según informes publicados por el Gobierno estadounidense, entre 2014 y 2024, la USAID multiplicó por 26 los fondos asignados a Caracas. Mientras que, en el caso de la isla, el financiamiento que la agencia extendió a los medios de comunicación llamados «independientes» ascendió a 2,3 millones de dólares durante 2024. |
No obstante, recordó Urgelles, en México, la USAID financió a la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) —del empresario y líder opositor Claudio X. González—, que en el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador se posicionó en la agenda mediática debido a que el mandatario mexicano acusó que, detrás de la agenda de esta y otras organizaciones de oposición, se encontraba el financiamiento de la agencia estadounidense, lo que tildó de injerencismo.
De acuerdo con datos del Gobierno de Estados Unidos, entre 2021 y 2024, MCCI recibió de USAID 96 millones de pesos.
«En el caso mexicano, las ayudas venían a través de agendas progres que se fueron enquistando en distintos medios y en distintas ONGs», apuntó la analista política.
Un modelo de financiamiento que no se sostiene
Para Urgelles, sin embargo, la situación a la que fue expuesta la prensa independiente mexicana indica que existe una crisis de financiamiento, lo que no es un detalle menor.
«El tema de los medios de comunicación es un poco crítico en estos días, porque ese modelo que existía, de que los suscriptores financiaran a los medios, ya no existe. Y no existe porque la información es gratuita en internet y la gente no está dispuesta a pagar por información, porque existe en las redes sociales y hay gratuidad», razonó Urgelles.
Por ello, agregó, la prensa se ve en la necesidad de recurrir a financiamiento de diversa índole, tanto público como privado.
«Los medios, en general, se van apoyando de financiamientos que pueden ser públicos, a través de la publicidad oficial [del Gobierno y las dependencias federales y locales]. O de publicidad privada, de empresas y aportes privados que, muchas veces, son confidenciales. Uno como espectador no tiene acceso a saber quiénes son exactamente», apuntó.
Además, Urgelles mencionó la existencia de becas de agencias internacionales, que dan apoyos a los medios y periodistas independientes.
Sin embargo, dijo, ese modelo de «vivir de una agencia está claro que no se sostiene. Yo creo que eso le ha enseñado un poco al periodismo que es un modelo imposible de mantener en el tiempo».
«Porque, además, está el tema de la independencia. Y ahí viene otro tema muy complejo: que los medios, en general, tampoco han sido lo suficientemente transparentes. Y me refiero a todos, a los corporativos, a los públicos, a los independientes, a todos. No son transparentes, en cuanto a su financiamiento, con el espectador o el lector», analizó Urgelles.
Es necesario transparentar el financiamiento
«El lector, generalmente, no tiene conocimiento de quién financia qué. Y creo que eso tendría que ser un primer paso, porque, para informarse de manera libre y de manera independiente, tendría uno que saber quién le está hablando y desde dónde, desde qué ideología, desde qué financiamiento, desde qué intereses, desde qué proyecto. Porque no existe el medio neutral, no existe el medio objetivo. Todos los medios te hablan desde un lugar ideológico», agregó.
Cuestionada sobre la forma de contrarrestar lo anterior, la analista consideró que, en primer lugar, las audiencias tienen derecho a saber quién financia a los medios, toda vez que, en la mayoría de los casos, es algo que se mantiene en lo confidencial.
En segundo lugar, dijo, los gobiernos tendrían que cuestionar hacia qué medios dirigen el financiamiento de la publicidad oficial, pues, en opinión de la analista, sería deseable apuntar esos esfuerzos a la prensa independiente y no a la corporativa, que no experimenta la misma precariedad y, generalmente, pertenece a empresarios de gran poder adquisitivo.
«Más que darle dinero a Televisa [la cadena televisiva más grande de México], tendrían que estarle dando dinero a medios pequeños que no tienen, digamos, otra posibilidad de ingreso, porque Televisa va a tener publicidad privada. O sea, no necesita. Y estas becas han sido un mal necesario para muchos medios que, me consta, han tenido intereses legítimos», puntualizó Urgelles.