René Tamayo León (Granma).— Alrededor de una decena de líderes y otros representantes de los 33 países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) confluyen este miércoles en Tegucigalpa, Honduras, para participar en la IX Cumbre del organismo.
Como foro de concertación propia, sin injerencias de ninguna potencia ni hegemonismos, sueño que durante más de 200 años arroparon nuestros próceres, el mecanismo integracionista pudo finalmente concretarse con el establecimiento de una ola de gobiernos progresistas a inicios del siglo XXI y su primera década.
Su creación constituyó la culminación de un proceso impulsado por Fidel, Chávez, Raúl, Lula y otros líderes progresistas.
A pesar de los altibajos de la región, debido a la injerencia del imperio estadounidense y la labor de zapa de las fuerzas de derecha –muchas de las cuales han hecho, nuevamente, gobierno en estos últimos 14 años–, la Celac sigue siendo, como la definiría el General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la Cumbre Fundacional de 2011, «nuestra obra más preciada». «Simbólicamente, consolida el concepto de una región unida y soberana, comprometida con un destino común».
De la IX Cumbre de la Celac, que se celebrará mañana, habló el diplomático Juan Antonio Quintanilla Román, director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana
–¿Constituye la Celac ese mecanismo que podría contribuir, hoy más que nunca, a hacer realidad el sueño que con tanto sacrificio han buscado construir nuestros próceres, de Bolívar a Martí, de Fidel a Chávez?
–La significación de la Celac, su relevancia para América Latina y el Caribe continúa siendo indiscutible. Hay que recordar que la región venía de décadas de trabajo en la Organización de Estados Americanos (OEA), el «Ministerio de Colonias» de Estados Unidos.
«Frente a las divisiones que promueve esta entidad, líderes de nuestros países aunaron esfuerzos para lograr la fundación de esta importante organización regional, que por primera vez reunió a los 33 países de América Latina y el Caribe, sin la participación de Estados Unidos ni de Canadá.
«Este esfuerzo se materializó posteriormente en proyectos concretos de cooperación, en articulación de posiciones, en concertación política, a lo largo de las cumbres que han tenido lugar por más de diez años de existencia de esta comunidad», explicó el especialista.
En una de estas cumbres, la de La Habana en 2014, emergió una decisión trascendente: la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, «y este es un ejemplo del movimiento de integración y de concertación política que ha dado lugar la Celac; por tanto, podemos decir que sí tiene una gran significación para los pueblos de Nuestra América».
–Desde sus inicios, la comunidad ha sido atacada por los poderes hegemónicos, por más de una década ha enfrentado muchas amenazas, y continuarán. ¿Han tenido éxito los intentos de estas fuerzas por fracturar los esfuerzos de unidad de América Latina y el Caribe?
–Desde los inicios fundacionales de la Celac, y a medida que avanzaban sus trabajos, las fuerzas hostiles a la integración latinoamericana y caribeña identificaron que esta comunidad tenía un gran potencial para la integración regional, y, por tanto, desde presiones internas y también abiertas, se dirigieron hacia un objetivo: fracturar la unidad dentro de la gran diversidad de naciones que la componen, pero que tienen, al fin y al cabo, eso, un principio de unidad en la diversidad, como ha defendido Cuba desde su inicio.
«El trabajo de nuestra comunidad ha demostrado la utilidad de continuar concertando posiciones políticas en el marco de las cumbres, de los diferentes foros ministeriales, de reuniones sectoriales… que se han realizado durante más de diez años. Ha quedado demostrada la utilidad de seguir concertando posiciones al interior de nuestra región.
«Sí, hemos tenido intentos de separarnos, pero los líderes de los países latinoamericanos y caribeños han logrado mantener esa unidad». «Como resultado, tenemos un rico acervo, una historia compuesta por decenas de documentos, declaraciones y otros comunicados especiales que conforman hoy un caudal muy importante de trabajo.
Por lo que, «frente a los intentos de fracturar la unidad, la Celac ha sido preservada, consolidada y fortalecida durante estos años».
–Esta semana sesiona la IX Cumbre, en Honduras, que recibió la presidencia pro témpore en 2024 tras la gestión exitosa de San Vicente y las Granadinas, ¿en su consideración, cómo ha sido el desempeño de Tegucigalpa?
–Aun cuando la presidencia pro témpore hondureña ha tenido que trabajar en un contexto regional y mundial complicado, también se ha desempeñado de manera satisfactoria.
Quintanilla Román especificó que continuaron los pronunciamientos en el marco de foros internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas y la estrecha coordinación con otros países; se convocaron a las reuniones habituales de los coordinadores nacionales y a las extraordinarias, ante eventos particulares que han afectado en determinada medida a la región.
–La mandataria Xiomara Castro entregará la presidencia pro témpore de la Celac a Colombia, a su colega Gustavo Petro. ¿Cuáles son los desafíos inmediatos de la Celac y las perspectivas a mediano y largo plazos?
–Seguramente, Colombia desempeñará su presidencia pro témpore con mucha responsabilidad, seriedad y profesionalidad, como es característico de su diplomacia, « de conjunto con la troica de la Celac y la participación de los países que integran la comunidad.
«Según conocemos, tras la realización de la cumbre comenzarán con un plan de acción que incluye los ejes temáticos de trabajo de la comunidad para el próximo periodo, las prioridades de la región, por lo que no faltarán asuntos como el cambio climático; la migración; la promoción de la unidad y la integración; aspectos que seguirán entre los desafíos más importantes que enfrentará la región el próximo año.
–¿Qué lleva Cuba a esta cumbre y qué espera Cuba de esta cumbre?
–Llevamos un mensaje de unidad, de integración, consolidación y fortalecimiento de la comunidad. «Es un eje central de nuestra actuación, que todas las acciones de conjunto deben estar dirigidas a fortalecer el papel de la Celac y su actuación frente a los desafíos de América Latina y el Caribe en el contexto mundial actual.
«Defenderemos nuevamente nuestro derecho soberano a desarrollarnos en paz, a vivir en paz y a vivir sin bloqueo, lo cual será una denuncia contundente, así como la condena a la reinclusión de nuestro país en la lista de Estados que supuestamente patrocinan el terrorismo.
–¿Cuáles serían los temas que posiblemente se lleven el protagonismo en esta IX Cumbre de la Celac en Tegucigalpa?
–Se espera que los temas fundamentales giren en torno a desafíos como la emigración, el cambio climático, la energía, la educación… Y, por supuesto, habrá muchos debates en materia de unidad y de integración.
–Entonces, la Celac, a pesar de todos los desafíos, se sigue manteniendo como el mecanismo de integración regional que deben defender nuestros países…
–Ese es un mensaje fundamental de la actuación, no solo de Cuba, sino de la mayoría de los países de la región. Sí, la Celac es un mecanismo de integración, de concertación para Nuestra América, y como tal tenemos que defenderla.
CUMBRES DE LA CELAC
- Chile (2013)
- Cuba (2014)
- Costa Rica (2015)
- Ecuador (2016)
- República Dominicana (2017)
- México (2021)
- Argentina (2023)
- San Vicente y las Granadinas (2024)