Esto se debería a que uno de los ingredientes activos de la sustancia se obtiene del revestimiento mucoso de los intestinos de los cerdos. Y, en esta materia, China domina el mercado mundial por su gran población de porcinos y la infraestructura que tiene para procesar este elemento.
«Si China toma represalias con restricciones a las exportaciones farmacéuticas, representaría una seria preocupación», dijo al medio Prashant Yadav, investigador principal de salud global del Consejo de Relaciones Exteriores, un think thank estadounidense.
De acuerdo con el especialista, la escasez de heparina se reflejaría en un par de meses, cuando se agote el suministro existente en la actualidad.
Según el sitio MedlinePlus en español, la heparina se usa para prevenir la formación de coágulos de sangre y se emplea en cirugías y diálisis, principalmente.
Elliott Haut, administrador del departamento de cirugía del sistema Johns Hopkins Medicine, declaró al WSJ que el anticoagulante es pilar en los tratamientos de los estadounidenses.
«En los pacientes en el hospital, un pequeño porcentaje está recibiendo antibióticos, pero al menos entre 50 y 70% de ellos necesitan heparina u otros medicamentos relacionados para ayudar a prevenir los coágulos sanguíneos», apuntó.
El temor también se debe a que, en ocasiones anteriores, se ha intentado sustituir la heparina con otras sustancias, teniendo resultados desfavorables.
Según el diario estadounidense, en 2008 hubo una escasez de la sustancia principal de esta medicina por una enfermedad viral entre los porcinos. Ante ellos, algunos centros de salud utilizaron ingredientes más baratos, lo que causó la muerte de 80 personas y efectos secundarios graves en pacientes en EEUU.
El 9 de abril, el mandatario estadounidense indicó que colocará gravámenes a las importaciones farmacéuticas de su país, como parte de las medidas que, durante las últimas semanas, ha impuesto contra algunas industrias, como la del aluminio y el acero.
El republicano dijo que esta medida incentivará a las compañías farmacéuticas extranjeras a trasladar sus operaciones a su país.
A esto se suman las tarifas arancelarias contra Pekín, que son de más de 100% y que afectan a diversos sectores. En represalia, la nación asiática colocó gravámenes de 125% contra los productos estadounidenses.
