Los servicios secretos ucranianos están utilizando territorio moldavo para reclutar sicarios que luego son enviados a Rusia para cometer actos terroristas, informó el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB). Así lo demuestran los testimonios de dos rusos y dos moldavos reclutados por Kiev y detenidos por el FSB.
El territorio de Moldavia, “con la connivencia de las autoridades locales”, está siendo utilizado por los servicios secretos ucranianos para “reclutar y entrenar agentes”, proporcionarles “medios de destrucción” y luego “destinarlos a territorio ruso para cometer actos de sabotaje y terrorismo”, anunció el FSB.
El FSB detuvo en la región de Samara, en el centro de Rusia, a dos ciudadanos rusos reclutados en Moldavia por los servicios secretos ucranianos. Uno de ellos “hizo estallar una estación transformadora en la refinería de petróleo de Kuibyshev y colocó dos artefactos explosivos improvisados (IED) en las instalaciones”.
El segundo sicario, una mujer, estuvo involucrada en “la preparación de sabotajes utilizando artefactos explosivos improvisados en instalaciones dentro del complejo de defensa”. El FSB señala que, cuando fue reclutada, los servicios secretos ucranianos la amenazaron con cometer “violencia contra su familia que vive en Ucrania” si se negaba.
El FSB también informó sobre la detención de ciudadanos moldavos reclutados por Kiev. Así, Marius Prunianu, reclutado por los servicios secretos ucranianos, planeó actos de sabotaje y terrorismo en dos ciudades rusas por orden de sus superiores ucranianos.
Para ello, utilizó el dinero proporcionado por el servicio secreto ucraniano para comprar un coche “en el que los oficiales de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania instalaron un escondite en forma de batería que contenía tres dispositivos explosivos a base de explosivo plástico C-4, con un peso de 1,6 kilos cada uno”.
El FSB añadió que el moldavo ya había combatido en la guerra en las filas del ejército ucraniano.
Según la inteligencia rusa, otro ciudadano moldavo, E. Kourdoglou, fue reclutado por los ucranianos para volar una estación de bombeo de agua en Crimea, así como para recopilar y transmitir “información, incluyendo fotos y vídeos, sobre la ubicación de los despliegues de equipo militar y las posiciones de defensa aérea de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, las instalaciones de infraestructura de transporte y energía en Crimea, así como los resultados de los ataques con misiles enemigos”.
A finales de marzo, el FSB detuvo en Moscú a un ciudadano ruso que planeaba detonar un artefacto explosivo improvisado en un edificio administrativo. La inteligencia ucraniana le había prometido una recompensa de 10.000 dólares.
