Ganamos, ganamos…

Publicado:

El premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, pronosticó la victoria de la Revolución en Playa Girón

Noticias populares

Los cubanos hicieron crecer al ejército de barbudos y lo multiplicaron en las Milicias Nacionales Revolucionarias. Foto: Archivo de Granma

Ventura de Jesús (Granma).— Apenas un año después del triunfo de la Revolución, y en medio de la hostilidad del Gobierno estadounidense, Ernest Hemingway le aseguró a un corresponsal de prensa acreditado en la Isla: «Vamos a ganar. Nosotros, los cubanos, vamos a ganar».

Quien lo contó hace ya más de medio siglo precisa que la revelación tuvo lugar en el aeropuerto de La Habana y que luego, sin que nadie se lo preguntara, el autor de El viejo y el mar agregó en inglés. «I’m not a yankee, you know» (no soy un yanki, lo sabes).

CUBA BAJO ASEDIO YANQUI

Por la época en que Hemingway ofreció aquella entrevista fugaz Cuba estaba bajo asedio, sometida a una guerra sicológica constante. Por otra parte, la prensa estadounidense había iniciado una feroz campaña de difamación, y arremetía a diario contra el proceso en marcha en la Mayor de las Antillas.

Los círculos de poder de Estados Unidos fraguaban todo un proyecto para liquidar a la Revolución, plan que tuvo en el terrorismo su forma más abierta.

En el fondo, el gobierno yanqui aspiraba a que la nación antillana continuara siendo su burdel de lujo y, en consecuencia, solo aceptaban el acostumbrado servilismo de gobernantes al estilo de Gerardo Machado y del propio Fulgencio Batista.

Aunque la desestabilización en el país estaba planteada por ee.uu. desde mucho antes del triunfo de 1959, cobró particular fuerza durante los cuatro primeros meses de 1961, periodo caracterizado por una intensa actividad subversiva.

Atentados como el que había sufrido la tienda El Encanto, en la capital, eran claros indicios de que el enemigo no iba a perdonar la osadía de edificar un país al margen de los designios imperiales.

Un hecho que lo ilustra fue el sorpresivo ataque aéreo al amanecer del 15 de abril de ese año, cuando aviones camuflados con la insignia de la Fuerza Aérea Revolucionaria atacaron, simultáneamente, el aeropuerto de Ciudad Libertad, la base aérea de San Antonio de los Baños, y el aeródromo de Santiago de Cuba.

La acción perseguía como objetivos, además de provocar miedo y confusión, destruir la modesta aviación de combate de la Fuerza Aérea Revolucionaria, para asegurar la impunidad de otras incursiones enemigas por vía terrestre.

El ataque ocasionó decenas de víctimas entre heridos y muertos, y uno de los fallecidos, Eduardo García Delgado, escribió con su sangre, mientras expiraba, el nombre de Fidel.

Pero ni las bombas ni los sabotajes atemorizaron a la población. Ya vestido de fusiles y milicias, el país se convirtió pronto en canto de libertad, de esperanza y de victoria; en voz firme para denunciar la mano de Estados Unidos tras los ataques.

Y aunque la situación hacía anunciar lo que se cocinaba, después de los bombardeos a los aeropuertos Fidel no tuvo duda acerca de la inminencia de la invasión. Así lo anunció en el entierro de las víctimas, pues con alta probabilidad, era el preludio de una invasión.

Ese 16 de abril de 1961, en el sepelio de los caídos en defensa de la nación, ante un pueblo congregado en la céntrica esquina de 23 y 12, en la capitalina barriada del Vedado, proclamó al mundo el carácter socialista de la naciente Revolución Cubana. Y expresó:

«Aquí, frente a la tumba de los compañeros caídos; aquí, junto a los restos de los jóvenes heroicos, hijos de obreros e hijos de familias humildes, reafirmemos nuestra decisión, de que al igual que ellos pusieron su pecho a las balas, al igual que ellos dieron su vida, vengan cuando vengan los mercenarios, todos nosotros, orgullosos de nuestra Revolución, orgullosos de defender esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, no vacilaremos, frente a quienes sean, en defenderla hasta nuestra última gota de sangre».

Después, con los fusiles en alto y el sentir del pueblo, los milicianos le reafirmaron la efervescencia de los cubanos, y su disposición a defender el socialismo.

Como se ha dicho más de una vez, «el 15 de abril de 1961 fue un toque de alerta y las Milicias Nacionales Revolucionarias, fundadas el 26 de octubre de 1959, convirtieron todos los pueblos y ciudades en un hervidero de colores azul mezclilla y verde olivo».

Los cubanos hicieron crecer en número al ejército de barbudos que había bajado victorioso de la Sierra Maestra y lo multiplicaron en las Milicias Nacionales Revolucionarias, para defender cada palmo de tierra.

Y GANAMOS

Está claro que el insigne escritor Ernest Hemingway no aprobó el proceder del Gobierno de su país natal contra Cuba. Y no fue el único, así ha sucedido con buena parte del pueblo estadounidense que, a lo largo del tiempo, no vio con buenos ojos la política de hostigamiento.

Nadie podría afirmar que su estancia en la Isla se limitara a su pasión por la pesca mayor. En realidad, los encantos de la ínsula para el afamado escritor debieron ser mayores.

En todo caso, la frase «vamos a ganar» deja en claro su afecto por los cubanos y por un lugar donde vivió más de 20 años, escribió sus mejores novelas y disfrutó de su refugio campestre de Finca Vigía, la única residencia estable que tuvo en su vida.

De cierta manera, sus palabras fueron también un pronóstico certero, pues luego, en Girón, el pueblo cubano derrotó, en solo 66 horas, a la invasión mercenaria.

El ya nonagenario jagüeyense Anastasio Suárez Rodríguez recuerda que, al ver cómo los mercenarios se rendían con las manos tras la cabeza, él y sus compañeros de lucha comenzaron a gritar «¡Ganamos!, ¡ganamos…!».

Una victoria a la que también aportó el miliciano Eduardo García Delgado y su supremo acto de admiración por Fidel, el líder cuya prédica y ejemplo desataron la fuerza del pueblo en Girón.

Ni un paso más, dijo el pueblo de Cuba a los mercenarios que pretendían arrebatarnos la libertad. Foto: Ventura de Jesús García
Fuente: granma.cu

DEJA UN COMENTARIO (si eres fascista, oportunista, revisionista, liberal, maleducado, trol o extraterrestre, no pierdas tiempo; tu mensaje no se publicará)

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Últimas noticias

LA JARDINERA DE LAS 13 ROSAS. El fascismo nunca se fue

Sépanlo, egoístas, codiciosos, parásitos, religiosos: continuamos conscientes de la insuficiente muerte del dictador para la desaparición del fascismo en España, de la humillación a los vencidos a quienes, después de sobrevivir a la guerra y a cuarenta años de usurpación del gobierno a manos de los fascistas, les colocaron de nuevo a la cabeza del Estado una familia de Borbones, recordatorio de su derrota, recalcándoles no ya su aislamiento, sino su soledad en una Europa que prefirió proteger a ricos y a fascistas antes que vender armas al gobierno republicano en lucha contra un alzamiento.

Le puede interesar: