La jefa de la Eurodiplomacia, Kaja Kallas, que es tan reaccionaria como su predecesor, el jardinero Borrell, amenazó a quien tenga intención de ir a Moscú el próximo 9 de mayo para celebrar el Día de La Victoria, el triunfó del Ejército Rojo sobre el nazismo. Kallas les dijo que “tendrán consecuencias”.
Esta señora se debe a la ultraderechista Unión Europea, y no parece entender que no todos los países y gobierno están dispuestos a lamerle las botas. Entre esto, está Eslovaquia. Su Primer Ministro, Robert Fico le ha respondido de esta contundente manera:
«¿La advertencia de la señora Kallas es un chantaje o un anuncio de que, al regresar de Moscú, seré castigado? No lo sé, pero sé que ahora estamos en 2025, no en 1939.
Sra. Kallas, quisiera informarle que soy el primer ministro legítimo de Eslovaquia, un país soberano. Nadie puede dictarme dónde puedo o no viajar. Iré a Moscú para rendir homenaje a los miles de soldados del Ejército Rojo que murieron liberando Eslovaquia, así como a los millones de otras víctimas del terror nazi.
Y les recuerdo que soy uno de los pocos en la UE que habla constantemente sobre la necesidad de paz en Ucrania, y no estoy entre los que defienden fervientemente continuar esta guerra sin sentido.
Las palabras de la Sra. Kallas son irrespetuosas y me opongo firmemente a ellas».