Un juez sudafricano ha autorizado a los fiscales para proceder contra un antiguo oficial de policía y un delator por su papel en el asesinato en 1982 de tres jóvenes luchadores por la libertad.
Se trata de una decisión sin precedentes que permitirá procesarlos no sólo por asesinato y secuestro, sino también por crímenes contra la humanidad, incluido el crimen de apartheid.
Después de la denuncia contra Israel ante el Tribunal Penal Internacional, es un punto de inflexión. Hasta ahora, nadie había sido procesado por el crimen de apartheid, reconocido internacionalmente por la ONU y el Estatuto de Roma.
Es fruto del esfuerzo incansable de los familiares de las víctimas, de los movimientos antirracistas y de la determinación del fiscal a cargo del caso, estableciendo así un precedente significativo más de cuarenta años después de los crímenes.
El juicio examinará no sólo las acciones específicas de los acusados, sino también su participación en un sistema más amplio de opresión racial y colonial.
El caso arroja luz sobre el pasado de Sudáfrica y es parte de los esfuerzos en curso para cerrar la era del apartheid.
Casi tres décadas después de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, otras investigaciones y juicios están en marcha para explorar más a fondo los crímenes de la época del apartheid, incluida la reapertura del caso relativo a Albert Luthuli.
El antiguo presidente del Congreso Nacional Africano y ganador del Premio Nobel de la Paz, Luthuli, murió en 1967 en circunstancias sospechosas tras ser atropellado por un tren.