El representante estadounidense argumentó que Israel puede priorizar sus objetivos militares y de seguridad, y que no está obligado a aceptar todos los planes de ayuda internacional, justificando así el bloqueo israelí a la Franja de Gaza.
Durante las audiencias en La Haya, EE.UU. apoyó la postura israelí de bloquear la entrada de alimentos, medicinas y combustible, alegando preocupaciones sobre el uso indebido de la ayuda por parte de Hamás y la supuesta falta de seguridad para Israel.
Esta posición es criticada por la comunidad internacional, ya que el bloqueo generó una grave crisis humanitaria que afecta a millones de palestinos.
Estados Unidos también ignoró las obligaciones internacionales de Israel como potencia ocupante, establecidas en el Cuarto Convenio de Ginebra, que exige facilitar la ayuda humanitaria a la población civil en territorios ocupados. Además, Washington omitió el hecho de que frenó resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU que buscaban obligar a Israel a cooperar con la UNRWA.

Por su parte, Rusia denunció que el impedimento israelí a la UNRWA sienta un precedente peligroso y constituye un ataque a los principios de la ONU. Moscú advirtió que aceptar esta medida debilitaría la credibilidad del sistema internacional y condenaría a millones de palestinos a la desesperación y el hambre, recordando que Israel está legalmente obligado a permitir la ayuda humanitaria.
La situación en Gaza es crítica, con informes de la UNRWA y el Programa Mundial de Alimentos sobre la falta total de suministros y el riesgo de hambruna para más de un millón de niños. El Gobierno local reportó decenas de muertes por desnutrición, mientras que la defensa estadounidense ante la CIJ es vista como una justificación del uso del hambre como arma de guerra.