En un discurso en el acto de conmemoración por el aniversario 80 de la Victoria sobre el Fascismo celebrado en la Plaza de la Revolución de esta capital, Jaentschke señaló que el 9 de mayo se celebra el triunfo sobre el odio, la intolerancia y el racismo.
Rendimos homenaje a los casi 30 millones de hermanos soviéticos, quienes, con valentía, heroísmo y amor a su patria, ofrendaron sus vidas en la guerra más cruel y sangrienta de la historia de la humanidad, para acabar con la expansión del Fascismo, manifestó el ministro.
Asimismo, expresó el reconocimiento y respeto de Nicaragua a los veteranos de Guerra por sus sacrificios y contribuciones a favor de la Paz, la Libertad, la justicia y la estabilidad.
“El Día de la Victoria sigue vivo en la memoria y los corazones del Pueblo Ruso y de los pueblos del mundo”, enfatizó el canciller.
Añadió que en la actualidad el pueblo Ruso, al que calificó como hermano, sigue siendo atacado por los herederos del Fascismo y las élites occidentales empecinadas en tratar de imponer su voluntad y sus pretensiones expansionistas que exacerban la violencia y el odio.
A decir del canciller, los pueblos libres del mundo son conscientes de las nuevas formas que toma el fascismo, pero su esencia racista y criminal sigue siendo la misma que la derrotada hace 80 años, cuyas provocaciones y pretensiones de hoy también son derrotadas por “el valiente y heroico pueblo y Gobierno de la Federación de Rusia”.
“Los grandes retos y desafíos que enfrenta el mundo actual, son enfrentados con la amistad y solidaridad entre los pueblos Libres, trabajando de la mano por la construcción del nuevo orden mundial multipolar, basado en el respeto a la soberanía y la dignidad de todos los pueblos”, subrayó.
El titular de Relaciones Exteriores aludió a las luchas y victorias de los nicaragüenses, y afirmó que son un pueblo libre y soberano que se alza con firmeza en contra de quienes tratan de imponer su voluntad injerencista.
Reiteró el compromiso de Managua de seguir estrechando los lazos de hermandad y cooperación que unen a Nicaragua y Rusia, así como el apoyo firme e incondicional al pueblo y Gobierno de la nación euroasiática en su lucha contra el fascismo y la agresión externa.