Una carta firmada por los gobernantes Daniel Ortega y Rosario Murillo saludó al pueblo venezolano, “a las familias de esas tierras queridas”, al mandatario Nicolás Maduro, a la primera combatiente Cilia Flores y a la madre de la pequeña Yarely Bernal.
La nota consideró eficaces las gestiones del jefe de Estado bolivariano para el retorno de la menor y subrayó que el Gobierno de Estados Unidos “tuvo que ceder a la justificada y creciente presión internacional”.
Además del pueblo venezolano que, junto a su madre, “clamaron por justicia ante la salvaje acción que separó a esa niñita de su madre”.
Significó que las madres nicaragüenses, todo el pueblo y el Gobierno, a la par de que “condenamos todos los días estos actos de barbarie, nos unimos y seguimos unidos en el clamor y la exigencia de la Familia Humana, de cesar estos brutales e injustificables actos de atrocidad.
Ortega y Murillo señalaron que estos “solo ponen en evidencia el racismo y la hueca supremacía de quienes son idénticos, en conducta y actuación, a los fascistas que el mundo entero condena, repudia, rechaza y seguiremos derrotando”.
Celebramos esta liberación y seguimos luchando para frenar la crueldad y el odio que azota al mundo, indicó la misiva intitulada “Maikelys ya está con su madre”.
Remarcaron finalmente que los valores universales no pueden seguir siendo ignorados por los imperialistas de la tierra. “No Pudieron, ¡Ni Podrán!”, ratificaron.
Este miércoles en un vuelo del plan Vuelta a la Patria procedente de Texas, Estados Unidos, regresaron 226 migrantes, entre ellos 182 hombres, 37 mujeres y siete niños, entre ellos la menor de dos años que fue separada de sus padres, ambos deportados, él a El Salvador y ella a Venezuela.