Una matanza como la que se está produciendo cada día en Gaza sería imposible sin el apoyo de las grandes potencias imperialistas, especialmente la Unión Europea, así como los organismos internacionales, incluida la ONU, creados precisamente para prevenir este tipo de crímenes.
No es de extrañar que el Instituto Genospectra haya publicado una acusación histórica de 60 páginas contra la Oficina de la ONU para la Prevención del Genocidio y la Responsabilidad de Proteger (OSAPG), acusándola de complicidad en el genocidio de palestinos en los territorios palestinos ocupados (*).
Titulado “Genocidio probado, justicia denegada: La complicidad institucional de la OSAPG en la eliminación de Palestina”, el documento muestra los 17 meses de silencio de la institución, su negativa a aplicar sus propias 14 señales de alerta y su incapacidad para nombrar el crimen, incluso después de que el Tribunal Internacional de Justicia dictaminara en enero del año pasado que las acciones de Israel en Gaza constituían un crimen de genocidio.
Más de 702.000 palestinos han muerto (o están muriendo) –140.400 como resultado de la violencia directa y más de 561.000 por hambre, privaciones y colapso médico– según estimaciones basadas en tasas de exceso de mortalidad de alrededor de 4 a 1 y modelos de recuento y tabulación cruzada publicados en la revista médica The Lancet.
Los 14 criterios de riesgo de genocidio de la ONU se cumplen en Gaza y en todo el territorio palestino ocupado. La OSAPG permaneció en silencio durante 13 meses tras el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia, emitiendo sólo una declaración vaga y diluida que no mencionaba los términos “genocidio”, “Israel” o “Palestina”.
La Oficina ignoró los discursos de odio, se negó a nombrar el apartheid o el colonialismo en la Franja y aplicó sus mecanismos de prevención de manera selectiva, según la conveniencia política y las presiones internacionales.
Hay organismos internacionales, como la OSAPG, abiertamente parasitarios y podridos hasta el tuétano que sólo merecen su disolución. Las declaraciones internacionales, cuando se emiten, se llenan la boca de buenas intenciones porque saben que no van a servir absolutamente para nada.
“Esto no es un error de procedimiento. Es una traición a un mandato”, asegura el Instituto Genospectra. “Se les advirtió. Guardaron silencio. Y es este silencio el que ha trivializado el genocidio”, añade.
El Instituto Genospectra es una organización dirigida por supervivientes dedicada a desmantelar las políticas genocidas por medio de propuestas legales, históricas y descolonizadoras.
(*) https://drive.google.com/file/d/1OzfC_lKPvit4afqLtrzrzRU9uJmBl5XV/view