Angélica Ferrer (Sputnik).— Frente a este panorama y los devaneos del comercio global, el Gobierno mexicano debe buscar otras maneras de evitar que la economía nacional sufra las secuelas de los gravámenes y, a su vez, se proteja ante una posible recesión en el territorio estadounidense.
«México, desde mi perspectiva, debe encaminarse hasta los BRICS justo para retomar el manejo soberano de la política económica y, con ello, [tener] un elemento importante como negociar en sus monedas con nuestra propia [divisa], lo que vendría a potenciar tremendamente la economía nacional», reflexiona el doctor en economía de la UNAM, Arturo Huerta González, en una charla con Sputnik a propósito de su libro ¿Cómo encarar la fragilidad económica? (Facultad de Economía de la UNAM, 2024).
El experto señala que, en el rubro de emplear el peso mexicano para las transacciones, evitaría una mayor deuda en dólares, especialmente porque la nación latinoamericana no emite esa divisa.
«Para conseguir dólares, tenemos que endeudarnos en [esa moneda] y ofrecer alta tasa de interés para que venga la inversión estadounidense (…). Los BRICS ofrecen la perspectiva de comprar en tu moneda y que ellos acepten, en caso dado, los pesos para invertir y comprar productos en México», ahonda.
Otra de las cualidades, señala Huerta González, es que, en caso de que las autoridades mexicanas aprobaran un posible ingreso a la asociación, tendría la posibilidad de incrementar sus exportaciones entre sus posibles aliados.
Asimismo, refiere el también docente en la UNAM, los BRICS ya concentran más del 30% del PIB mundial y, conforme más miembros se suman, el G7 pierde fuerza.
«Hay que unirnos a los países que están creciendo y que dan mejor trato comercial y financiero, para no seguir en esta dependencia con EEUU y las directrices tanto de Washington como del Fondo Monetario Internacional, que nos han llevado al estancamiento», apunta.
Mientras tanto, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, invitó a México a ser parte de la cumbre de los BRICS, a celebrarse en julio. La mandataria Claudia Sheinbaum descartó ir, pero adelantó que irá al encuentro alguna persona funcionaria de su Gobierno.
La respuesta está en China
Pero buscar nuevos horizontes no es simple. Las reglas estipuladas en el acuerdo comercial T-MEC, suscrito entre México, Estados Unidos y Canadá, han impedido que tienda lazos más profundos con otros Estados, especialmente con China.
«China se ha convertido en el primer o segundo socio comercial de gran parte de los países y Estados Unidos ha venido perdiendo esa hegemonía; de ahí que Donald Trump [aplica] los aranceles para proteger su producción nacional», refiere Huerta González.
Por ello, el mandatario estadounidense «desea frenar las exportaciones del resto de las naciones hacia su economía para impulsar su dinámica, pero considero que Washington tiene perdida la batalla, tomando en cuenta el gran avance que Pekín ha logrado, como en el ámbito tecnológico, por ejemplo», añade.