Hasta hace muy poco la versión oficial sobre la Guerra de Ucrania decía que era un choque entre Rusia y Ucrania y que los demás países del mundo eran ajenos, especialmente Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN.
Lo mismo cabe decir de la Guerra de Siria, que oficialmente fue un levantamiento popular contra un gobierno despótico de Bashar Al Assad, en el que las potencias imperialistas no tenían nada que ver y los yihadistas tampoco. Incluso las potencias imperialistas rondaban por Oriente Medio para acabar con Al Qaeda, el Califato Islámico y similares.
El antiguo embajador estadounidense en Siria, Robert Ford, ha empezado a cambiar las arengas de los medios de intoxicación al confesar sus entrevistas con el dirigente yihadista Ahmed Al Sharaa, a pesar de que no le había dado muestras de arrepentimiento.
Ford explicó que acudió a la reunión con Al Sharaa invitado por una “organización no gubernamental británica especializada en resolución de conflictos” para “ayudarlos a sacar a este tipo [Al Sharaa] del mundo terrorista y llevarlo a la política regular”. El 22 de mayo Independent Arabia reveló que se trata de Inter-Mediate, una empresa privada fundada en 2011, al comienzo de la Guerra de Siria, por Jonathan Powell, jefe de gabinete del antiguo primer ministro británico Tony Blair entre 1997 y 2007 (1).
En noviembre del año pasado, pocos días antes de que los yihadistas tomaran el poder en Siria, a Powell lo nombraron asesor de Seguridad Nacional de Keir Starmer, para coordinar “la política exterior, seguridad, defensa, asuntos europeos y económicos internacionales de Reino Unido desde el número 10 de Downing Street” (2).
En 2003 Powell estuvo estrechamente involucrado en la criminal invasión de Irak por parte de Estados Unidos y Reino Unido, lo que Blair calificó como “intervencionismo liberal”. Lo mismo que Al Sharaa, Powell tampoco se ha arrepentido, ni de aquella guerra, ni de las mentiras que la ampararon (3). Mantiene las mismas convicciones hoy en día porque Saddam Hussein “era un dictador despiadado que oprimía a su pueblo” y, como es natural, el papel de los británicos es el de liberar al mundo de tales personajes.
La ‘guerra contra el terrorismo’ empieza en Irlanda y sigue en Irak
Powell fundó la empresa para “compartir las lecciones aprendidas de las conversaciones de paz de Irlanda del norte y ayudar a otros dirigentes que enfrentan dilemas similares”. El objetivo declarado de la empresa es “promover la resolución de conflictos y la reconciliación mediante el diálogo y la mediación para lograr soluciones duraderas a conflictos violentos y complejos”. Se jacta de su capacidad para aprovechar los recursos “de gobiernos e instituciones internacionales que gastan miles de millones de dólares anualmente para abordar las consecuencias de los conflictos”.
Inter-Mediate afirma que promueve “el diálogo entre las partes en conflicto”, no “impulsa la agenda de ninguna de las partes”, mientras busca “soluciones sostenibles a largo plazo para los conflictos mundiales”, fomentando la participación de todas las partes clave en los procesos de diálogo. La empresa también se compromete a garantizar la confidencialidad en todo momento, “dada la naturaleza sensible de muchos conflictos”. Reconoce que, “en circunstancias inestables […] el coste potencial de las negociaciones, tanto políticamente como en términos de la seguridad personal de los involucrados”, significa que “a menudo es necesario un proceso confidencial para que se lleven a cabo las conversaciones iniciales”.
Sería un propósito maravilloso si se hubiera puesto en marcha en 2011 para promover una negociación entre el gobierno de Al Assad y los yihadistas. Pero las negociaciones que Inter-Mediate quería promover eran entre los yihadistas y sus padrinos occidentales para acabar con el gobierno legítimo de Siria.
Una máscara del MI6
En marzo de 2012, un correo electrónico interno enviado a Jake Sullivan, asesor principal de Clinton, reveló que Jonathan Powell era “el fundador de una nueva ONG que ya ha iniciado algunas actividades muy interesantes entre bastidores” y que buscaba vender sus servicios a altos funcionarios del Departamento de Estado.
El correo electrónico indica que Inter-Mediate era una de las máscaras del MI6, la inteligencia exterior británica. En una carta adjunta Powell declaró que Inter-Mediate había establecido “canales encubiertos entre insurgentes y gobiernos” en varios países y se preparaba para trabajar en Birmania, Somalia, Siria y Yemen.
Powell añadió que Inter-Mediate estaba colaborando estrechamente con el Ministerio de Asuntos Exteriores británico, el Consejo de Seguridad Nacional y el MI6. El personal de la empresa no solo está compuesta por antiguos diplomáticos, sino que, además, recibió más de 4 millones de libras esterlinas entre 2010 y 2020 del Ministerio de Asuntos Exteriores (4).
El hecho de que Powell ofreciera los servicios de su empresa al Departamento de Estado estadounidense en Siria en ese momento demuestra claramente que, más de una década antes de la caída de Basahar Al Assad, Inter-Mediate buscaba derrocar a su gobierno para sustituirlo por las hordas yihadistas.
Un correo electrónico enviado el mes anterior por Sullivan a Hillary Clinton, la antigua secretaria de Estado estadounidense, demuestra que las potencias occidentales conocían muy bien a las fuerzas que luchaban contra el gobierno de Bashar Al Asad en su nombre: “AQ [Al-Qaeda] está de nuestro lado en Siria” (5).
El destacado papel del gobierno británico en la desestabilización de Siria
Gracias a la larga relación del MI6 con los yihadistas a través de Inter-Mediate, Reino Unido fue el primer país occidental en darles la bienvenida cuando llegaron al poder en Damasco. Keir Starmer recibió con entusiasmo la noticia, afirmando que la toma de control por el grupo implicaba “un papel más activo” para Londres en la región. En diciembre de 2024, diplomáticos británicos se reunieron formalmente con los yihadistas, aunque HTS aún era una organización terrorista prohibida por la legislación británica.
El 19 de febrero The National reveló que el gobierno británico ejercía una influencia considerable en la Siria posterior a la caída de Bashar Al Assad, mediante una combinación de conexiones políticas, operaciones benéficas y una diáspora de repatriados bien conectada.
Powell es una pieza clave de esa red, con sólidas conexiones en el país que se remontan a antes de la guerra iniciada en 2011. Su hermano, Charles Powell, es un cabecilla de la Fundación Said, del filántropo británico-sirio Wafic Said, quien se reunió con Al Sharaa a mediados de enero en el palacio presidencial de Damasco. Estas conexiones personales y la labor de la Fundación Said le han proporcionado a Powell las llaves de Siria, según The National (6).
Entre los contactos del espionaje británico en Siria se encuentran los Cascos Blancos, otra máscara creada por la inteligencia británica. Tras una reciente visita a Damasco, Hamish de Bretton-Gordon, un agente del MI6, propuso que los Cascos Blancos gestionaran los servicios de emergencia en todo el país. HTS “no necesita que le digamos lo qie tiene que hacer” dentro del gobierno sirio, pero “necesita orientación y recursos” para lograr sus objetivos. “La revolución que derrocó a la vieja guardia en Damasco nació en el noroeste de Siria, y el presidente interino […] parece ser un dirigente viable. Sirios cercanos a mí, algunos de los cuales trabajan estrechamente con el nuevo equipo, me dicen que son sinceros. Gran Bretaña está en una posición privilegiada, gracias a la diáspora sirio-británica, para marcar una diferencia real, y la apertura de la embajada británica en Damasco no tardará en llegar”, escribió Bretton-Gordon.
Al menos desde 2013, este espía británico participó en una operación del MI6 para sacar ilegalmente muestras de suelo de Siria y demostrar al gobierno estadounidense que las fuerzas de Al Asad habían utilizado armas químicas, con la esperanza de desencadenar una intervención a gran escala contra Damasco. Un informe de prensa sobre estas actividades, publicado seis días después del ataque químico en Guta en agosto de ese año, citó a una “fuente occidental de alto rango” anónima que afirmaba que “el MI6 desempeñó un papel fundamental” en la recolección de muestras: “El ejército estadounidense quiere más pruebas antes de concluir que Asad se pasó de la raya al utilizar armas químicas. La pregunta es qué hará Occidente ahora. Si nadie reacciona, las pruebas habrán servido de poco”.
El complot para llevar al poder a los yihadistas sirios se orquestó desde Londres. De esa manera el MI6 evitó desencadenar una invasión militar al estilo irakí organizando ataques químicos con la ayuda de Bretton-Gordon, los Cascos Blancos y otros sicarios parecidos.
(1) https://beeley.substack.com/p/the-blair-bush-project-in-syria-that
(2) https://www.independent.co.uk/news/uk/politics/politics-explained/jonathan-powell-national-security-adviser-starmer-b2643829.html
(3) https://web.archive.org/web/20241127050356/https://morningstaronline.co.uk/article/media-silence-over-jonathan-powells-bloody-hands
(4) https://www.declassifieduk.org/former-un-envoy-to-yemen-linked-to-mi6-a-party-to-the-war/
(5) https://wikileaks.org/clinton-emails/emailid/23225
(6) https://www.thenationalnews.com/news/mena/2025/02/19/britains-influence-spreads-through-new-syria/