El fundador de Telegram, Pável Dúrov, ha lamentado que los medios de comunicación franceses hicieran caso omiso a su entrevista concedida al periodista estadounidense Tucker Carlson sobre lo ocurrido en Francia.
«Fue cubierta por medios de comunicación de muchos países, excepto, curiosamente, en Francia. Ninguno de los periódicos franceses mencionó la entrevista», puntualizó el empresario este lunes.
De lo que sí informaron los medios franceses fueron aspectos únicamente negativos sobre la popular plataforma de mensajería. «La semana pasada, Le Monde, el principal periódico del país, invitó a sus lectores a reportar si veían partidos de fútbol pirateados en Telegram. Este intento de hacer ‘crowdsourcing’ de una historia negativa sobre nosotros parece formar parte de una estrategia más amplia», indicó Dúrov.
Según sus cálculos, durante las siete semanas posteriores a su detención en París, Le Monde publicó unos 40 artículos negativos sobre Telegram.
«En violación de la ética periodística, no nos pidieron un comentario para 37 de estos 40 artículos y siempre ignoraron las correcciones de hechos que les enviamos», reveló el fundador de Telegram, quien tachó de «alarmante» tal ambiente mediático.
«Por eso las plataformas como Telegram son tan importantes: permitimos que la gente acceda a todos los puntos de vista y decida por sí misma. Creemos que la gente es inteligente y que se le puede confiar la verdad sin filtros», subrayó el empresario.
Arresto en Francia
Pável Dúrov fue detenido el 24 de agosto del año pasado en Francia tras bajar de su avión privado en la pista del aeropuerto de París-Le Bourget, adonde había llegado desde Azerbaiyán. Sobre él pesaba una orden de búsqueda emitida por las autoridades francesas, que lo acusan de varios cargos vinculados a «conspiración criminal» y «blanqueo de delitos», así como de permitir transacciones ilícitas a bandas organizadas y de facilitar crímenes relacionados con la criptografía, fraude o pornografía, entre otros.
Su detención temporal terminó el 28 de agosto, cuando fue imputado y puesto bajo vigilancia judicial con la condición de pagar una fianza de 5 millones de euros y con prohibición de salir de Francia.