España, cómplice del bombardeo de EEUU sobre Irán

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El uso de las bases de Morón y Rota en una nueva agresión ilegal estadounidense vuelve a colocar a España en la diana del yihadismo internacional.

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Evaristo Torregrosa, redes sociales.— España colabora con el bombardeo estadounidense a Irán desde sus bases en territorio español.

España ha colaborado en el bombardeo de Estados Unidos a Irán, permitiendo el uso de sus bases militares estadounidenses en territorio español. Ante esta situación, solicito inmediatamente la salida de España de la OTAN o, en su defecto, la convocatoria de un referéndum a tal fin, con el objetivo de evitar que el pueblo español sea nuevamente víctima de ataques terroristas, como ocurrió en el pasado tras la participación del presidente del Gobierno José María Aznar en la guerra de Irak.

Estados Unidos ha violado el derecho internacional al bombardear Irán.

El 22 de junio de 2025, Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán. El presidente Donald Trump calificó la operación como un «éxito militar espectacular», afirmando que buscaba neutralizar la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán, considerado por él una amenaza por su programa nuclear y su supuesto rol como «patrocinador del terrorismo». Sin embargo, estos bombardeos constituyen una clara violación del derecho internacional, según los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas.

Han muerto muchas personas cuya identidad, con el tiempo, se sabrá. El bombardeo ha sido de una magnitud tremenda. No podemos calificar estos ataques simplemente como actos ilegales o estratégicos: estamos ante una masacre, posiblemente un crimen de guerra, dado el tipo de objetivo y el riesgo evidente para la población civil.

El orden internacional se fundamenta en la Carta de la ONU, que prohíbe el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado (artículo 2.4). Los bombardeos estadounidenses en territorio iraní representan un uso de la fuerza que solo podría justificarse bajo dos excepciones reconocidas:

1. Legítima defensa (artículo 51)

Para que los ataques fueran legales, Estados Unidos debería demostrar que Irán representaba un ataque armado inminente contra EE. UU. o sus aliados. No existe evidencia de que Irán hubiera iniciado o estuviera a punto de lanzar un ataque armado en junio de 2025. Las preocupaciones sobre el programa nuclear iraní, aunque expresadas por EE. UU. e Israel, no cumplen con el criterio de inminencia requerido por el derecho internacional. Además, los bombardeos a instalaciones nucleares, con riesgos de contaminación radiactiva, podrían considerarse desproporcionados, violando el principio de proporcionalidad.

2. Autorización del Consejo de Seguridad

No hay registro de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorice los ataques. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó los bombardeos como una «escalada peligrosa» y una «amenaza a la paz y la seguridad internacionales», lo que indica la falta de respaldo de la comunidad internacional.

Los bombardeos a sitios nucleares como Fordow, Natanz e Isfahán generan preocupaciones adicionales. El Protocolo Adicional I de los Convenios de Ginebra (1977) prohíbe atacar instalaciones que contengan fuerzas peligrosas, como reactores nucleares, si pueden causar daños graves a la población civil. Aunque no se reportaron niveles anormales de radiación, el riesgo inherente de estos ataques viola el derecho internacional humanitario. Además, la Organización de Energía Atómica de Irán denunció los bombardeos como una violación flagrante del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), ya que las instalaciones estaban bajo supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Atacar sitios nucleares pacíficos socava el régimen global de no proliferación.

La estrategia jamás puede estar por encima del derecho internacional. Los derechos humanos y la soberanía de las naciones no pueden quedar subordinados a los intereses militares o políticos de una potencia. Justificar el uso de la fuerza fuera del marco de la legalidad internacional sienta un precedente muy peligroso, porque destruye el principio de igualdad jurídica de los Estados y debilita todo el sistema multilateral.

La comunidad internacional ha condenado ampliamente los bombardeos. Cuba y Chile los calificaron como actos criminales y violaciones del derecho internacional. El vicecanciller iraní, Saeed Khatibzadeh, describió los ataques como un acto de agresión que saboteó las negociaciones nucleares. Incluso aliados de Estados Unidos, como los ministros de Exteriores europeos, han priorizado la diplomacia para desescalar el conflicto, sin respaldar la acción militar. La condena de Guterres refuerza la percepción de que los bombardeos carecen de legitimidad internacional.

Se solicita al Gobierno español que condene el ataque de Estados Unidos a Irán y asuma su responsabilidad por la colaboración con las bases militares estadounidenses en territorio español. Esta colaboración aumenta el riesgo de que España sea objeto de represalias o ataques terroristas, como ya ocurrió en el pasado tras la implicación española en la guerra de Irak. Aunque prever un atentado es una hipótesis, es una hipótesis fundamentada. La historia reciente demuestra que la participación en guerras ilegales, como en Irak en 2003, convirtió a España en blanco de represalias. Antes de ello, España no había sido objetivo directo de terrorismo yihadista. Repetir ese error no solo es irresponsable: es una negligencia criminal desde el punto de vista de la seguridad nacional.

Por ello, se exige la salida de España de la OTAN o, en su defecto, la celebración de un referéndum para que la ciudadanía decida sobre la permanencia en la Alianza Atlántica.

Los bombardeos de Estados Unidos a Irán el 22 de junio de 2025 violan el derecho internacional. No se justifican como legítima defensa, ya que no había un ataque armado inminente, ni cuentan con autorización del Consejo de Seguridad. Atacar instalaciones nucleares, además, contraviene el derecho internacional humanitario y el TNP. Estas acciones socavan el orden internacional basado en la prohibición del uso de la fuerza y la resolución pacífica de disputas. La condena global y la falta de apoyo de la ONU confirman que Estados Unidos ha actuado en contra de los principios fundamentales de la Carta de la ONU, generando una escalada peligrosa con graves implicaciones para la paz mundial.

La participación de España en estos hechos, a través de sus bases militares compartidas, exige una reflexión profunda sobre su papel en la OTAN y su responsabilidad ante posibles consecuencias para la seguridad nacional y la paz internacional.

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1 COMENTARIO

  1. España es un país lamemedias, pero pronto caerán en desgracia cuando Trump le pida que deben aumentar el presupuesto militar. España abre los ojos, te van a invadir! Cuando se descuide tendrán colonos también, la tierra prometida

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