A pesar de las declaraciones triunfalistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asegurando que los bombardeos del sábado dejaron “totalmente arrasadas” las instalaciones nucleares iraníes de Fordow, Natanz e Isfahán, imágenes satelitales analizadas por expertos contradicen la narrativa oficial estadounidense.
Las capturas difundidas por Maxar Technologies, una de las principales firmas de observación terrestre, revelan daños localizados, pero lejos del nivel de aniquilación estructural total descrito por Trump.
Las fotografías del sitio subterráneo de Fordow, ubicado al norte de la ciudad de Qom, muestran cráteres nuevos y derrumbes en posibles entradas de túneles, lo que sugiere impactos directos. Sin embargo, una de las estructuras clave de superficie, posiblemente encargada del control de ventilación y monitoreo, permaneció intacta, según el análisis visual.
“No vemos indicios de colapso total. El edificio de soporte principal sigue en pie, lo cual es significativo para las operaciones subterráneas”, indicó un analista de inteligencia consultado por Bloomberg.
En el caso de Natanz, el centro neurálgico del enriquecimiento de uranio iraní, las imágenes previas al ataque mostraban ya daños causados por los bombardeos israelíes ocurridos días antes. Las fotos recientes revelan afectación en transformadores eléctricos y patios de interruptores, pero no hay evidencia visual de un colapso generalizado de las estructuras de enriquecimiento.
Esto sugiere que, si bien el ataque fue significativo, no logró destruir completamente las infraestructuras subterráneas ni neutralizar de forma definitiva el sitio, tal como se afirmó desde Washington.
Según fuentes del OIEA y expertos en imágenes satelitales, el Centro de Tecnología e Investigación Nuclear de Isfahán sí sufrió daños considerables, especialmente tras la segunda oleada de ataques en la que Estados Unidos se unió a las tropas israelíes. Sin embargo, incluso en este caso, los analistas advierten que la instalación no fue «arrasada».
“Las imágenes sugieren daños amplios, pero no una erradicación total del complejo. Hay evidencia de zonas afectadas, pero también de estructuras en pie”, indicó un experto del OIEA bajo condición de anonimato.
Las declaraciones de Trump en Truth Social, donde afirmó que los ataques fueron “duros y precisos” y que las instalaciones estaban “totalmente destruidas”, han sido puestas en duda por expertos en inteligencia, inspectores nucleares y observadores independientes.
“Las afirmaciones del presidente no son verificables con la información satelital disponible. La operación generó daños visibles, pero no logró aniquilar completamente las capacidades iraníes”, sentenció un analista de Stratfor.
Además, el OIEA confirmó que no se han detectado emisiones de radiación tras los ataques, y alertó que la falta de acceso físico por parte de sus inspectores impide una verificación plena del estado del material nuclear almacenado. De acuerdo con las autoridades iraníes, la mayor parte de este material radiactivo había sido removido días antes de forma preventiva.
