Lo que no se dice sobre el programa nuclear iraní

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Lo que está en juego con el programa nuclear iraní no es lo que todos creen saber. Irán renunció a la bomba atómica desde 1988. Pero, con la cooperación de Rusia, la República Islámica ha venido tratando de descubrir los secretos de la fusión nuclear de uso civil. Si tuviese éxito, Irán ayudaría los Estados del sur a independizarse definitivamente de sus antiguas metrópolis liberándolos del yugo del petróleo.

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Mohandas K. Gandhi (1869-1948) desafió el Imperio británico al romper el monopolio de la Corona sobre el comercio del algodón –en esta foto podemos verlo tejiendo él mismo el algodón indio. Hoy en día, Irán, siguiendo la línea de Mohammad Mossadegh, lucha por romper el monopolio de las transnacionales occidentales del petróleo descubriendo los secretos de la fusión nuclear para su uso civil.

Thierry Meyssan (Red Voltaire).— Desde la caída de Irak bajo los embates y finalmente la invasión de los británicos y los estadounidenses, los gobiernos del Reino Unido y de Estados Unidos propalaron la falacia del programa nuclear militar iraní, como antes habían impuesto en los medios la mentira sobre las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía el presidente iraquí Sadam Husein. Los sionistas revisionistas israelíes (no confundir con los sionistas a secas) y su cabecilla, Benyamin Netanyahu, se apoderaron de la fábula de la bomba atómica que Irán querría fabricar y desde hace unos 20 años han inundado los medios occidentales con ese problema inexistente que la opinión pública occidental hoy considera una verdad absoluta, sin ver que hace cerca de 2 décadas que nos repiten a diario que Irán va a fabricar “la bomba” el año que viene.

A pesar de los casi 30 años de propaganda occidental sobre la supuesta intención iraní de obtener la bomba atómica –aquí vemos un artículo sobre ese asunto publicado en el “New York Times” el 5 de enero de 1995– la realidad es muy diferente. La República Islámica de Irán no tiene programa nuclear militar desde 1988.

Sin embargo, aunque las 3 principales potencias mundiales, que son Rusia, China y Estados Unidos, hoy coinciden en reconocer que el programa nuclear “militar” iraní simplemente no existe, todos pueden ver que en las instalaciones nucleares iraníes se desarrolla algún tipo de investigación. Entonces, ¿de qué se trata?

En 2005, Mahmud Ahmadineyad fue electo presidente de la República Islámica, al término del mandato de Mohammad Khatami. Ingeniero civil de profesión, Mahmud Ahmadineyad es un científico interesado en poner la ciencia al servicio de la liberación de los pueblos colonizados y considera que los secretos de la energía atómica pueden permitir a todos los pueblos liberarse del yugo de las transnacionales occidentales del petróleo.

Por iniciativa del presidente Ahmadineyad, Irán desarrolla entonces la formación de científicos nucleares en sus universidades. Pero no se trata de crear una pequeña élite de algunos cientos de especialistas, sino de formar batallones de ingenieros. Por eso Irán cuenta hoy con decenas de miles de científicos nucleares.

A lo largo de toda una década, el Mosad israelí ha asesinado grandes científicos iraníes, supuestamente para impedir que fabriquen una bomba… que Irán no quiere. Tras esos actos terroristas de Israel se esconde también el interés de ciertas transnacionales del petróleo por impedir las investigaciones iraníes sobre la fusión nuclear.

El objetivo de Irán es hallar la manera de realizar la fusión nuclear, mientras que la ciencia occidental se conforma con haber logrado la fisión. La fisión es la división del átomo, mientras que la fusión es el proceso inverso, la unión de varios núcleos atómicos, capaz de liberar un ingente volumen de energía. La fisión nuclear es el proceso que se utiliza en las centrales nucleares actuales, mientras que, por ahora, la fusión se utiliza sólo en las bombas termonucleares. El proyecto de Mahmud Ahmadineyad consiste en utilizar la fusión nuclear para generar electricidad y poner ese beneficio a la disposición de los Estados en vías de desarrollo.

Se trata de un saber revolucionario, en el sentido khomeinista del término, o sea de un saber que permitiría poner fin a la dependencia de los Estados del sur y favorecer su desarrollo económico. Pero ese saber contradice directamente la visión británica del colonialismo, según la cual Su Majestad debía “dividir para reinar”, siguiendo el clásico «divide y vencerás», e impedir el desarrollo de los pueblos colonizados. Londres aplicó ese principio, por ejemplo, prohibiendo a los indios hilar el algodón que ellos mismos cultivaban en la India e imponiendo que el algodón indio fuese enviado al Reino Unido para ser utilizado allí en la confección de los tejidos que salían de las fábricas de Manchester. En respuesta, Ghandi, el líder histórico de la India, dio el ejemplo a su pueblo hilando él mismo el algodón indio que utilizaría para hacer sus ropas, desafiando así la monarquía británica. Idénticamente, el proyecto del presidente iraní Mahmud Ahmadineyad constituye un desafío para el poder de Occidente y de las transnacionales anglosajonas del petróleo.

Inquietarse ante la intensa actividad de Irán en el sector nuclear es una reacción normal ya que se trata del uso de tecnologías que son, por definición, de doble uso, civil y militar. Es evidente que no se trata del uso civil habitual y que la investigación detallada de los procesos de la fusión nuclear podría utilizarse también con fines militares, pero lo que Irán investiga es la obtención de una fuente inagotable de energía.

China y Rusia han destacado constantemente que Irán no tiene un programa nuclear de carácter militar desde 1988. Y, contrariamente a los occidentales, Rusia sí sabe de qué habla… porque está asociada a las investigaciones que Irán realiza. En otras palabras, hay rusos en numerosos centros nucleares iraníes.

Es evidente que Rusia se preocupa tanto como Occidente por evitar todo peligro de proliferación de las armas nucleares. Pero, a diferencia de Occidente, Rusia no considera necesario impedir el desarrollo del uso civil de la energía nuclear. Apoyándose en los trabajos de Andrei Sajarov, el gigante estatal ruso Rosatom y la Academia de Ciencias de Rusia mantienen sus propias investigaciones sobre el uso civil de la energía nuclear, principalmente en el marco del proyecto Tokamak. Otros países –concretamente China, Corea del Sur, Reino Unido y Francia realizan sus propias investigaciones en ese ámbito.

Rusia no es simplemente un socio estratégico de Irán sino que también participa en las investigaciones iraníes sobre el uso civil de la fusión nuclear.

No debemos olvidar, además, que Irán firmó el Tratado de No Proliferación de las armas nucleares (TNP). Y, como Estado firmante del TNP, Irán se somete a las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Desde 1988, el OIEA no ha encontrado nunca algo que permita suponer la existencia del hipotético programa nuclear iraní de carácter militar. A pesar de esto último, el OIEA ha hecho a las autoridades iraníes numerosas preguntas para aclarar ciertos aspectos de su programa civil y no ha obtenido respuestas, lo cual es perfectamente comprensible dada la importancia de la inversión en la investigación irano-rusa sobre la fusión.

Pero esa falta de respuestas se ve incluso justificada por el hecho que los documentos israelíes obtenidos por la inteligencia de Irán –revelados justo antes de la agresión israelí contra Irán– demuestran que el director del OIEA, el argentino Rafael Grossi, se comporta como un espía al servicio de Israel, transmitiendo a Tel Aviv toda la información confidencial que sus inspectores obtenían. Y no está de más recordar que Israel ni siquiera es miembro del OIEA [1].

El 4 de mayo de 2010, la República Islámica de Irán presentó a la Conferencia de las Partes (los Estados firmantes del Tratado de No Proliferación de las armas nucleares) de la ONU, una propuesta de «Creación de una Zona Libre de Armas Nucleares en el Medio Oriente» [2]. La propuesta de Irán fue acogida favorablemente por todos los Estados de la región… con excepción de Israel. Una vez más nos vemos obligados a recordar que Israel sí posee la bomba atómica… gracias a la ayuda que recibidó de Francia, en los años 1950 [3].

Los sionistas revisionistas israelíes comparten con sus amigos nazis el culto por el “crepúsculo de los dioses”. En lugar del Sigfrido germánico, los sionistas revisionistas ensalzan a Sansón, el mítico héroe judío que provocó el derrumbe del palacio de los filisteos para acabar con sus enemigos… muriendo él mismo con ellos.

Finalmente, si Estados Unidos no interviene poniéndose del lado de Israel, utilizando su bomba penetrante para tratar de destruir la instalación nuclear iraní de Fordow, el gobierno de Israel podría recurrir a la «Opción Sansón» [4], o sea al uso de la bomba atómica israelí contra Irán, incluso si Israel se viese así expuesto a una respuesta también nuclear [5].

El general Mohsen Rezaee, oficial superior de los Guardianes de la Revolución y miembro del Consejo de Seguridad Nacional de la República Islámica, declaró en una entrevista, el 14 de junio, que «Pakistán nos ha asegurado que si Israel utiliza una bomba nuclear contra Irán, igualmente atacará Israel con una bomba nuclear».

El ministro de Defensa de Pakistán, Khwaja Asif, no confirmó esa declaración. Pero tampoco la desmintió. Simplemente dijo: «Israel ha atacado Irán, Yemen y Palestina. Si los países musulmanes no se unen ahora, todos sufrirán la misma suerte. Apoyamos a Irán y lo defenderemos en todas las instancias internacionales para proteger sus intereses.»

No hay absolutamente ninguna certeza de que las bombas estadounidenses GBU-57 hayan sido capaces de eliminar la instalación nuclear subterránea de Fordow. Para destruir ese complejo, protegido bajo unos 80 metros de granito, sería necesario lograr hacer estallar una tras otra varias de esas bombas de alta capacidad penetrante en el mismo pozo.

En definitiva, la administración ya había expresado una convicción cuando Karoline Leavitt, la portavoz de la Casa Blanca, declaró: «Seamos claros, Irán tiene todo lo necesario para obtener un arma nuclear. Todo lo que necesitan es una decisión del Guía Supremo en ese sentido, y sólo les tomaría una quincena de días para lograr producir esa arma.»

La Operación Midnight Hammer se preparó en secreto, desde principios de junio, bajo la instigación del general Michael Kurilla, el jefe del CentCom (el mando de las fuerzas de Estados Unidos en el Medio Oriente).

Durante los preparativos, el general Kurilla viajó a Israel, para reunirse con los jefes militares israelíes, el 25 de abril, y reunir la información más detallada posible sobre los blancos. El 10 de junio presentó a la Cámara de Representantes su análisis estratégico de las oportunidades que los acontecimientos registrados en el Medio Oriente ofrecían a Estados Unidos. De paso, reveló a los congresistas que había presentado al presidente Trump una amplia serie de opciones sobre cómo explotar esos acontecimientos [6].

El 11 de junio, el Departamento de Estado emitió una orden de evacuación para todo su personal no esencial y las familias de sus funcionarios en Bahréin, Qatar e Irak.

El 16 de junio, el presidente Donald Trump abandonaba precipitadamente la Cumbre del G7, en Kananaskis (Canadá). Mientras volaba de regreso a Washington en el Air Force One, Trump publicó un duro mensaje sobre sus “aliados”: «Buscando publicidad, el presidente Emmanuel Macron, de Francia, declaró erróneamente que me fui de la cumbre del G7, en Canadá, para regresar a Washington a trabajar en un “alto al fuego” entre Israel e Irán. Es falso. Él no sabe por qué estoy ahora regresando a Washington, pero no tiene ciertamente nada que ver con un alto al fuego. Es mucho más grande que eso. Deliberadamente o no, Emmanuel siempre se equivoca. Manténganse a la escucha.» [7]

En la noche del 21 al 22 de junio, el presidente estadounidense Donald Trump violó la Carta de las Naciones Unidas al lanzar un ataque contra las principales instalaciones nucleares de Irán. Pero no atacó la central nuclear de Bushehr, donde hay personal ruso. Además, parece que Washington avisó al gobierno de Irán sobre su decisión de bombardear las tres instalaciones finalmente atacadas y se habla de que pudo verse, a través de los satélites, una columna de camiones evacuando material de la instalación de Fordow.

En resumen, el sorpresivo bombardeo estadounidense contra 3 instalaciones nucleares iraníes puede interpretarse de 2 maneras: el presidente Trump salvó a Israel de las masivas destrucciones que provocan los misiles hipersónicos iraníes Fatah-1 o, por el contrario, salvó a Irán de un bombardeo nuclear israelí. El hecho que el Pentágono no haya bombardeado las instalaciones de lanzamiento de los misiles iraníes Fatah-1, a pesar que están mucho menos protegidas que las instalaciones nucleares atacadas, parece confirmar la segunda interpretación.

En todo caso, al destruir el programa de investigación nuclear iraní, el presidente Trump priva al primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, del argumento que este último venía utilizando desde hace 20 años para justificar su «guerra en 7 frentes».

Debemos recordar que durante su primer mandato presidencial Donald Trump ordenó la eliminación del “califa” del Emirato Islámico (Daesh), Abu Bakr al-Bagdadi –el 27 de octubre de 2019–, seguido del asesinato del general iraní Qassem Soleimani –el 3 de enero de 2020. Para Trump, se trataba de eliminar al principal cabecilla sunnita y al jefe militar más importante del bando chiita para “meter en cintura” los dos bandos. Y funcionó.

Según esa lógica, cabe esperar una mala noticia para un dirigente israelí en los próximos meses… por ejemplo, que la justicia israelí finalmente arreste a Benyamin Netanyahu.

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[1Israel ni siquiera ha firmado el Tratado de No Proliferación de las armas nucleares y no se somete a ningún tipo de control o inspección internacional de sus instalaciones nucleares.

[2«Creación de una zona libre de armas nucleares en el Oriente Medio», Red Voltaire, 4 de mayo de 2010.

[4The Culture of War, Martin van Creveld, Presido Press, 2008.

[5«¿Es real la posibilidad de guerra mundial?», por Serge Marchand y Thierry Meyssan, Red Voltaire, 9 de abril de 2024.

[6Full Committee Hearing: ‘U.S. Military Posture and National Security Challenges AFRICOM + CentCom’”, U.S. House Armed Services Committee, YouTube, 10 de junio de 2025.

[7Donald Trump”, Truth Social, 17 de junio de 2025.

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