Los bombarderos estratégicos furtivos estadounidenses Northrop Grumman B-2 Spirit, mejor conocidos como B-2, acapararon esta semana la atención luego de su participación en los ataques con enormes bombas antibúnker a instalaciones nucleares iraníes.
No obstante, poco se sabe sobre la historia de uno de los ingenieros detrás del desarrollo del bombardero, que fue condenado a más de 30 años en prisión tras filtrar información clasificada a China y a otros países.

Noshir Gowadia nació en Bombay (India) en 1944 y emigró a EE.UU. con 19 años para estudiar ingeniería aeronáutica. Años después adquirió la ciudadanía estadounidense y comenzó a trabajar en Northrop Corporation, en un momento en que Washington intensificaba sus esfuerzos para desarrollar tecnología furtiva revolucionaria en respuesta a las cada vez más sofisticadas defensas aéreas soviéticas.
De héroe a espía
El ingeniero trabajó en la fábrica de 1968 a 1986. Allí desempeñó un papel clave en el diseño del sistema propulsor y en las tecnologías que hicieron posible que el B-2 fuera indetectable frente a los misiles térmicos y los radares.
Su carrera en Northrop llegó a un abrupto final cuando, a los 42 años, le diagnosticaron un raro trastorno genético de la sangre. Tras dejar su antiguo puesto de trabajo fundó una firma de consultoría de defensa, manteniendo su autorización de alta seguridad para continuar trabajando en proyectos clasificados. Sin embargo, tras casi una década se le revocó el permiso a causa de una disputa contractual, lo que enfureció a Gowadia.
El ingeniero comenzó a buscar activamente negocios en el extranjero, proponiendo tecnologías con información altamente clasificada. Así, intentó establecer contactos con Suiza, Israel, Australia y Singapur, aunque ninguno se materializó en contratos.
No obstante, se reporta que China se mostró más receptiva con la transferencia de tecnología relacionada con el sistema de escape B-2, que ocultaba el calor, similar a los diseños que Gowadia desarrolló en Northrop. Durante tres años el ingeniero realizó varios viajes al gigante asiático y recibió cuantiosas sumas de dinero, según investigaciones de las autoridades estadounidenses.
Caída del respetado ingeniero
Los movimientos atrajeron la atención del FBI cuando en 2004 se descubrieron documentos sobre tecnología de supresión de infrarrojos para aeronaves en un contenedor de muebles dirigido a él. Tras un año de investigación las autoridades inspeccionaron su lujosa mansión en Maui, Hawái, donde encontraron varios documentos clasificados.
Noshir Gowadia se enfrentó a más de una docena de cargos que incluían espionaje, violación de la Ley de Control de Exportación de Armas y lavado de dinero. Tras un largo juicio iniciado en 2010, la Justicia lo declaró culpable de 14 de los 17 cargos imputados y fue sentenciado a 32 años en la cárcel de máxima seguridad de ADX Florence, en donde está alojado Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exjefe del Cártel de Sinaloa.
Se reporta que la información que el ingeniero transmitió a China y otros países desempeñó un papel importante en el desarrollo de tecnologías de evasión de radares y misiles de crucero en las naciones receptoras.