Kevin M. Navia (estudiante de Periodismo).— La terrible situación que viven los palestinos es peor cada día. El bloqueo israelí a la ayuda humanitaria genera niveles de hambruna e insalubridad devastadores; pero el acceso a ella, aunque parezca irónico, también ha causado muerte.
Desde que Israel levantó el bloqueo a Gaza, el 19 de mayo, más de 400 palestinos han muerto mientras buscaban ayuda, afirmó la ONU.
Tales cifras confirman la cruda realidad: no es ayuda humanitaria, es una trampa mortal.
Los llamados centros de distribución de ayuda, establecidos en zonas rojas expuestas y peligrosas, bajo el control del ejército israelí, atraen a civiles debido a la hambruna. Luego, son fusilados deliberada y fríamente, en una escena que expone sus verdaderos objetivos.
Yasser Abu Lubda, un desplazado de Rafah, de 50 años, dijo a France24: «De repente, el ejército israelí disparó al aire, y luego empezó a disparar directamente contra la gente. Un helicóptero y varios drones empezaron a disparar a la multitud para impedir que se acercara a los tanques. Hubo heridos y muertos».
Neima al Aaraj, una mujer residente de Khan Younis, en el sur del enclave, contó que el fuego israelí fue «indiscriminado», y añadió que, cuando consiguió llegar al lugar de distribución, ya no quedaban alimentos o ayuda. «Después de los mártires y los heridos, no volveré. De cualquier forma, moriremos», lamentó.
Ante la crudeza de las masacres, gran parte de la comunidad internacional ha condenado las acciones del Estado sionista. Por su parte, el jefe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), Philippe Lazzarini calificó de impactantes «las imágenes de personas hambrientas empujando contra las vallas, desesperadas por conseguir comida».
El ejército israelí niega los disparos contra civiles, y ha afirmado que se trata de rumores difundidos por Hamás. Otras veces ha admitido que han actuado así porque los soldados se han sentido «amenazados». ¿Qué amenaza puede ser para un soldado, un civil hambriento?
Lo que ocurre es el uso deliberado de la ayuda como herramienta para la matanza masiva y la limpieza étnica; que constituye un delito de genocidio, según la Convención sobre el Genocidio, de 1948.
Volker Türk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, declaró que «a los palestinos se les ha presentado la más sombría de las opciones: morir de inanición o arriesgarse a ser asesinados mientras intentan acceder a los escasos alimentos que ponen a su disposición mecanismos militarizados de ayuda humanitaria».
