Organizaciones y capítulos de la Internacional Antifascista en diversas naciones continuaron manifestando su respaldo a Venezuela y repudiaron recientes agresiones de la Administración Trump, así como nuevos intentos de promover un “cambio de régimen ” por vía violenta de conjunto con la derecha extremista.
Los mensajes de apoyo son unánimes en repudiar la maniobra de la Casa Blanca para vincular al presidente Nicolás Maduro con el narcotráfico y el anuncio de una infame recompensa por su ilegal detención, así como la importancia de una amplia solidaridad con la Revolución Bolivariana y la urgencia de cerrar filas al imperialismo y el fascismo.
A través de un comunicado, la Internacional Antifascista capítulo Colombia denunció la ofensiva contra la soberanía venezolana. La calificaron como “un acto de hostigamiento político y una flagrante violación al derecho internacional“, que “no es un hecho aislado, sino parte de una larga estrategia imperial para desestabilizar Gobiernos que no se someten a sus intereses”, la cual apela a manipular la opinión pública y lanzar agresiones para saquear los recursos económicos.
Dejó claro que el historial injerencista, golpista y criminal de Washington “lo inhabilita moralmente para erigirse como defensor de la democracia o los DD.HH.” y llamó a defender la paz y la unidad regional.
El capítulo Brasil suscribió que la nueva agresión de la Casa Blanca es parte de una arremetida integral contra la resistencia del pueblo venezolano, y que aquella comprende actos golpistas, la guerra económica, intentos de magnicidio, la difusión de mentiras y campañas de odio, el uso del sabotaje y el respaldo a un Gobierno títere, personificado en Juan Guaidó, todo ello para desestabilizar y destruir procesos políticos soberanos.
Desde Honduras, condenaron la jugarreta de la fiscal general estadounidense, Pamela Bondi, y la calificaron de acto de terrorismo político, operación mafiosa y atentado directo contra la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano.
Los antifascistas hondureños afirmaron que el anuncio de la recompensa “no solo pretende criminalizar a un jefe de Estado democráticamente electo, sino que también revela la desesperación y el miedo de un imperialismo en decadencia“.
Por su parte, el capítulo salvadoreño de la Internacional Antifascista condenó este intento de desestabilizar y derrocar a un Gobierno legítimamente electo, además del hostigamiento y la amenaza a la integridad física del presidente Maduro que supone la recompensa anunciada por las autoridades judiciales de EE.UU.
Denunciaron que las prácticas fascistas no se circunscriben a la política exterior estadounidense, pues “el régimen de Nayib Bukele reedita los métodos autoritarios y represivos que caracterizan a las dictaduras y Gobiernos afines a los intereses imperiales”. Recordaron que el uso del CECOT como “instrumento de represión y control social, la violación sistemática de DD.HH., la criminalización de la disidencia y la imposición de un estado de excepción prolongado” se presentan como políticas de “orden y seguridad”, pero en realidad son herramientas para consolidar un poder absoluto y acallar cualquier voz crítica.
Desde el sur de la Patria Grande latinoamericana, el capítulo Argentina aseguró que este ataque forma “parte de la guerra integral que Washington libra contra Venezuela“. Alertó que profundiza “la agresión imperialista contra América Latina y el Caribe, en clara violación de la Carta de la ONU y de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”, y que intenta desestabilizar al Gobierno Bolivariano y al proceso de unidad y emancipación regional.
Por otro lado, consideraron que el uso del chantaje y la criminalización política como armas “sienta un precedente peligroso que podría ser replicado contra cualquier dirigente que ejerza su soberanía al margen de los dictados de Washington“. Por último, demandaron la derogación de la recompensa y las más de mil medidas coercitivas unilaterales impuestas a Venezuela.
En opinión de la Internacional Antifascista, capítulo Francia, “la solicitud de captura formulada contra el presidente Nicolás Maduro constituye una amenaza directa de extrema gravedad“, capaz de reactivar “el escenario de una intervención militar directa”. Denunció que esta se presentaría mediáticamente para “restaurar la democracia”, pero en realidad buscaría destruir un modelo “de soberanía popular, independencia económica y unidad latinoamericana que se opone frontalmente a los intereses de las multinacionales”.
Por su parte, la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) recordó que “Venezuela decidió libre y transparentemente en las urnas elegir a Nicolás Maduro como presidente (…), como reconocimiento a su conducción del país, que hoy goza de excelentes indicadores económicos y sociales, así como de novedosos mecanismos de consulta y participación ciudadana”.
Afirmó que el anuncio de una recompensa “es una ridícula maniobra mediática, cargada de matonería“, además de “un grave abuso y ataque a la integridad del Presidente Maduro y a la autodeterminación del pueblo venezolano”.
A su vez, la Red Continental Latinoamericana y Caribeña de Solidaridad con Cuba y las Causas Justas condenó las medidas extraterritoriales anunciadas por Bondi, a las que catalogaron como nuevo intento de injerencia en Venezuela y otra “muestra de la claudicación de la justicia estadounidense ante las mafias asentadas en Miami, cómplices históricas de actos terroristas promovidos por grupos de ultraderecha venezolana”.
A juicio de esta plataforma, la Casa Blanca intenta “socavar la paz ciudadana y el crecimiento económico que hoy vive el pueblo venezolano, gracias a las políticas de inclusión y justicia social de la Revolución Bolivariana“. Además, condenó la política criminal de la Administración Trump y de halcones como el secretario de Estado, Marco Rubio, y trasmitió su certeza de que “el Gobierno norteamericano no podrá intimidar el heroísmo y la valentía del bravo pueblo venezolano, heredero de las glorias de Bolívar y los Libertadores, de Chávez y su legado revolucionario”.
En estos y otros mensajes también se exigió al imperialismo aceptar su derrota ante la rebeldía del pueblo venezolano y cesar sus campañas contra la Revolución Bolivariana.