En el Palacio de Planalto, sede del Poder Ejecutivo, el encuentro estuvo marcado por críticas veladas a la política arancelaria de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, a la que responsabilizaron de profundizar las distorsiones en el comercio internacional.
Al resurgir ahora el proteccionismo, «Brasil y Nigeria reafirman su apuesta en el libre comercio y en la construcción de un mundo de paz», declaró Lula.
Tinubu, por su parte, abogó por «nuevas vías para el comercio» que sirvan de apoyo a las economías emergentes y fortalezcan las soberanías nacionales.
Los mandatarios resaltaron que la cooperación entre Brasil y África es clave para el desarrollo de las naciones del Sur Global.
Dentro de ese marco, el visitante invitó a la empresa de economía mixta Petrobras a asociarse a su país en proyectos petroleros y pidió ampliar la colaboración en salud, especialmente en el desarrollo de medicamentos genéricos, un campo en el que Brasil acumula experiencia internacional.
Lula lamentó que los vínculos con África se debilitaran durante los gobiernos conservadores anteriores.
Recordó que el comercio bilateral con Nigeria cayó de 24 mil millones de dólares en 2014 a apenas dos mil millones en 2023.
«Esa situación debe cambiar», subrayó, al tiempo que evocó la deuda histórica derivada de los 350 años de esclavitud que marcaron la relación de Brasil con el continente africano.
El mandatario brasileño celebró la reciente incorporación de Nigeria como país asociado al Brics, bloque formado inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Manifestó que, con sus 230 millones de habitantes, reúne condiciones para integrar también el G20, grupo de las 19 mayores economías del mundo y las uniones Europea y Africana.
Durante la visita oficial se firmaron cinco acuerdos de cooperación en sectores como agricultura y transporte aéreo, con el objetivo de dinamizar la integración comercial y tecnológica.
Igualmente, Lula renovó su invitación a Tinubu para participar en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30), que se celebrará en noviembre en la ciudad amazónica de Belém.
«África es la región que menos contamina y una de las que más sufre el calentamiento global», aseguró el gobernante anfitrión, al insistir en la creación de un fondo global que premie a los países que protejan sus selvas tropicales.