Sin duda alguna, el capitalismo se sustenta en la violencia, el saqueo, la explotación y el crimen, como lo acredita no solo su naturaleza sino la historia de la humanidad.
El capitalismo ha conducido a la humanidad a dos guerras mundiales y, en el declive del imperialismo norteamericano, éste lleva al mundo flechado hacia una nueva guerra mundial en su pugna con las potencias imperialistas emergentes que pretenden sucederlo arrebatándole la hegemonía.
Los imperialistas, durante décadas, señalaban que el mayor peligro para la humanidad era la existencia de la URSS, que amenazaba al mundo. Sin embargo, la historia ha demostrado con la implosión de la URSS, provocada por los imperialistas y sus agentes oportunistas en el interior del país de los soviets y patria del proletariado, que ésta no era el peligro para la humanidad sino todo lo contrario, era un instrumento al servicio de los pueblos oprimidos y del proletariado mundial para avanzar en cotas de libertad y de conquistas sociales y económicas. La patria del proletariado mundial, la URSS, era un contrapoder a la barbarie imperialista encabezada por los EEUU que se expande por el planeta.
Más de tres décadas después de la desaparición de la Unión Soviética hemos comprobado cómo el mundo hoy sí se halla en peligro de conflagración mundial donde se empleen armas atómicas, que ya se están usando con material nuclear empobrecido, habiendo sido asesinados millones de seres humanos inocentes a lo largo de todo este tiempo. Durante estas más de tres décadas se han sucedido guerras imperialistas, de rapiña, en Iraq, Afganistán, Libia, Siria, Somalia, Sudán, Yugoslavia, Ucrania, Palestina y se han sucedido golpes de estado pergeñados por la inteligencia de los estados imperialistas a lo largo y ancho del globo terráqueo; los mismos que no dudan en hacer actos terroristas de falsa bandera, hacer la guerra biológica o hacer sus grupos de mercenarios que visten como organizaciones terroristas, cuando los únicos terroristas que hay sobre la faz de la Tierra son los capitalistas. Sin ir más lejos, el pasado día advertía el diario fascista La Razón que “un informe norteamericano predice el resurgimiento del Estado Islámico en Europa”, formulación para justificar un mayor escoramiento de la política de los monopolios hacia la extrema derecha, de la extrema derecha en la que ya nos encontramos.
El fascismo hoy campa a sus anchas y es la única tabla de salvación que tienen los imperialistas, de hecho es el poder del capital financiero a nivel planetario como se comprueba con el inmenso campo de concentración y de genocidio que el imperialismo norteamericano, a través de su perro sionista, está perpetrando en Gaza; en los genocidios en forma de bloqueos económicos y comerciales contra el pueblo cubano o norcoreano; en la persecución a la clase obrera en EEUU, la UE y otros estados confrontando a la clase obrera, dividiéndola en base a la nacionalidad, cuando ésta es una única clase a nivel mundial y no tiene más patria que el socialismo, todo ello para sostener un sistema que se resquebraja a cada paso que avanza la técnica, la automatización de la producción y la inteligencia artificial que niegan el capitalismo y sus relaciones de producción.
En la misma semana que en medios de comunicación americanos se reproducía la noticia de que “Estados Unidos registra récord de quiebras no visto desde la crisis del COVID-19” como consecuencia del incremento de las tasas de interés, la inflación y la incertidumbre de la política arancelaria, el fascista de Trump enviaba tres buques de guerra con 4.000 marines hacia las costas venezolanas.
Sin duda, la bancarrota económica de EEUU, y la consecuente necesidad de reordenar lo que considera su patio trasero, Latinoamérica, en la pretensión expuesta por Trump de adueñarse del continente tras su victoria electoral, es el motivo de esta agresión contra la República Bolivariana de Venezuela y al conjunto del continente americano. Y en este caso, el acceso a las reservas de petróleo y de gas venezolano es la causa magra de esta acción militar ofensiva y provocadora contra Venezuela y amenazante contra los pueblos. Por más que diga Trump que este movimiento atiende a combatir el narcotráfico, dicho argumento no se sostiene pues, si fuera así, lo primero que tendría que hacer es retornar los barcos hacia los EEUU pues es este país el centro neurálgico del lavado del dinero del narcotráfico mundial, fundamentalmente las ciudades de Miami y Nueva York, empleando para ello los mecanismos del sistema financiero estadounidense, descollando las criptomonedas y, posteriormente, podría mandar dichos barcos de guerra hacia la Casa Rosada argentina, cuyo inquilino, el ladrón de Javier Milei, no ha dudado en estafar con la criptomoneda Lybra, así como blanquear las comisiones, o coimas, procedentes de la corrupción, incluidas las provenientes del narcotráfico, que en Argentina con un gobierno fascista títere de EEUU y de Israel ha encontrado un lugar donde desarrollar y blanquear los capitales, al igual que el crimen organizado.
El imperialismo hoy es el mayor peligro que tiene la humanidad para su supervivencia, y EEUU que lleva más de medio siglo siendo el mayor enemigo de ésta, en su declive imperial no tiene más salida que sojuzgar a los pueblos y arremeter sin piedad contra el proletariado, como está haciendo con los trabajadores inmigrantes.
Únicamente el proletariado organizado y dirigido por el movimiento comunista, armado con el marxismo-leninismo, puede acabar con esta barbarie acabando con el imperialismo que lo genera. Cuanto más tardemos los comunistas en articular una salida organizativa y política revolucionaria al proletariado, más sangre inocente se derramará. ¡Para que el género humano pueda vivir el imperialismo debe de morir!
El Partido Comunista Obrero Español hace un llamamiento al pueblo a la organización revolucionaria contra el capitalismo y su Estado, hacemos un llamamiento a engrosar las filas del Partido. Asimismo, nuestro Partido envía todo nuestro internacionalismo proletario con el pueblo venezolano, apelamos a su organización y unidad para repeler la agresión norteamericana, agresión que repudiamos y rechazamos. EEUU y los imperialistas son enemigos jurados de la humanidad y, consecuentemente, luchar contra el imperialismo sin cuartel, en todos los terrenos, construyendo la revolución socialista es la mayor acción de humanismo que el proletariado puede realizar.
¡MUERTE AL IMPERIALISMO!
¡CONSTRUYAMOS LA REVOLUCIÓN PROLETARIA, CONQUISTEMOS EL SOCIALISMO!
¡PROLETARIOS DEL MUNDO, UNÍOS!
Madrid, 25 de agosto de 2025
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)