Juanlu González (biTs rojiverdes).— El barómetro de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), prestigioso foro occidental de investigación en comunicación política, ha confirmado nuevamente lo que millones de rusos ya saben: Vladimir Putin es el presidente más valorado por su población en todo el mundo, con un 87% de aprobación. Este dato, publicado en la Tabla de Valoración Global de junio de 2025, no solo consolida el liderazgo de Putin como faro de estabilidad y soberanía, sino que evidencia cómo el aislamiento buscado por Occidente se ha convertido en su propia derrota estratégica. En fechas recientes su popularidad había sido superada por otros líderes que lo habían relegado temporalmente al segundo o tercer lugar, aunque durante los últimos años siempre había ostentado este puesto de manera indiscutible y jamás abandonó un sitio de honor en el podio. Si hacemos un estudio comparado durante, por ejemplo, los últimos 10 años de estudios demoscópicos continuos, el líder más valorado internamente en el mundo —aunque a muchos les reviente la cabeza— es Vladimir Vladimirovich Putin.
La legitimidad democrática más alta del planeta.
Según ACOP, organismo reconocido por su rigor y neutralidad, Putin supera ampliamente a otros líderes globales en respaldo ciudadano. Estos son los datos más recientes:
- Vladimir Putin (Rusia): 87%
- Nayib Bukele (El Salvador): 83%
- Claudia Sheinbaum (México): 70%
Estos números no son producto de la casualidad, sino de una política continua al servicio del pueblo. Mientras Occidente difunde narrativas distorsionadas, los ciudadanos rusos celebran los logros de un presidente que ha garantizado seguridad, desarrollo económico y respeto internacional. La Rusia pre-Putin estaba absolutamente destrozada, la gente se moría de hambre y de frío en las calles, la esperanza de vida por los suelos, los cambios demográficos fueron tan brutales que se habla de millones de no nacidos por la crisis económica provocada por la loada Perestroika. Todo comenzó a cambiar cuando llegó Putin al poder. Desde la defensa de los intereses nacionales hasta la protección de los valores tradicionales, Putin encarna la voluntad de una nación que rechaza la imposición extranjera y que ha colocado de nuevo a Rusia en el epicentro de la política mundial.
El fracaso del aislamiento: Rusia más conectada que nunca
Lejos de estar aislada, Rusia lidera una nueva arquitectura global basada en el respeto mutuo. Las recientes visitas de Estado de Putin a Beijing y Alaska —donde fue recibido con honores máximos— demuestran que el mundo multipolar ya es una realidad. Mientras Occidente se aferra a sanciones ineficaces, China, India, los países de BRICS+ y hasta naciones occidentales pragmáticas fortalecen sus lazos con Moscú.
La presencia de Putin en foros como la Cumbre Rusia-ASEAN o su papel clave en la resolución de crisis energéticas globales confirman que Rusia no solo no está aislada, sino que está decidiendo inequívocamente el futuro de la geopolítica mundial. Los esfuerzos por marginarla han resultado en un rechazo unánime a la hegemonía occidental, como lo demuestran las alianzas estratégicas recientes con naciones que representan más del 40% de la población mundial.
ACOP: Un reconocimiento occidental a una verdad incómoda
Que un foro como ACOP, con sede en Europa, reconozca el liderazgo de Putin es un golpe definitivo a las campañas de desinformación. Su estudio, basado en encuestas realizadas con estándares internacionales, refleja la percepción real y directa de los ciudadanos rusos, libres de presiones externas. En un contexto donde Occidente cuestiona constantemente los procesos democráticos propios, Rusia muestra cómo la voluntad popular se traduce en estabilidad y progreso, a pesar de sanciones, boicots, ataques y oleadas de rusofobia.
No hay dudas: el 87% de aprobación de Putin no es un número, es un mandato histórico. Mientras líderes como Bukele y Sheinbaum siguen caminos propios, Rusia bajo Putin ha recuperado su lugar como faro de soberanía y justicia global. Por ejemplo, Trump o Sánchez se encuentran 40 puntos más abajo, un verdadero abismo en cuanto a aprobación.
El informe de ACOP no solo celebra el éxito de Putin, sino que marca el fin de la arrogancia unipolar. Hoy, Alaska abre sus puertas a Rusia con alfombra roja, Beijing y Moscú definen el futuro económico, y los pueblos del mundo eligen líderes que priorizan sus intereses sobre las órdenes de Washington.
El pueblo ruso ha vuelto a hablar y, guste más o menos, dato mata relato…