La película, recibida con una ovación cerrada por el público en el Palazzo del Cinema, se postula como una de las favoritas en la carrera por el León de Oro.
Protagonizada por Toni Servillo, quien acompañó al realizador en la multipremiada La gran belleza, la cinta de ficción narra las peripecias de Mariano De Santis, presidente (ficiticio) de la República italiana, un veterano político demócrata, humanista y cristiano, que de un día para otro comienza a dudar sobre varias importantes decisiones que debe tomar, en especial sobre si aprueba o no una ley de eutanasia, planteándose un gran dilema moral.
La Grazia es un retorno de Sorrentino a sus raíces italianas más profundas.
El largometraje, con guión del propio director, es un poema visual que explora, con su inconfundible estilo barroco y una fotografía deslumbrante, temas universales como la búsqueda de la redención, el peso de la fama y la posibilidad de encontrar la gracia en los lugares más inesperados.
La película combina momentos de humor ácido con una profunda melancolía y una reflexión conmovedora sobre la condición humana.
Críticos coinciden en que se trata de una de las obras más personales y logradas del cineasta napolitano desde La gran belleza, ganadora del Óscar a la mejor película extranjera en 2014.
El filme confirma a Sorrentino como uno de los grandes visionarios del cine contemporáneo, un maestro en fusionar el drama intimista con una espectacularidad cinematográfica sin igual.