El pasado lunes, en su calidad de presidencia por témpore, Colombia convocó a una reunión de urgencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) donde se debatió acerca del actual contexto.
Al concluir el encuentro, la canciller del país neogranadino, Rosa Yolanda Villavicencio, reveló que 23 países de los 33 que conforman la organización acudieron a la convocatoria.
El actual contexto, señaló, “motivó un pronunciamiento conjunto sobre la necesidad de preservar a América Latina como una región de paz, libre de cualquier forma de intervención, en estricto respeto a las declaraciones de Naciones Unidas, a la soberanía de los Estados y al mantenimiento de la paz regional”.
Reiteró asimismo la postura asumida por el presidente Gustavo Petro, quien hace pocos días afirmó que ningún gobierno latinoamericano debe solicitar ni celebrar una invasión extranjera y que los problemas de la región deben ser resueltos con apego a la soberanía de cada Estado.
“Toda acción armada sin autorización de los Estados involucrados constituiría una agresión contra nuestra América. Estas no son frases de coyuntura: son una defensa explícita de la no intervención y del continúo fortalecimiento del multilateralismo”, remarcó.
La ministra destacó asimismo la importancia de que toda acción en la región se ajuste a los principios del derecho internacional, en particular al respeto de la autodeterminación, la integridad territorial y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.
Posteriormente el presidente colombiano, Gustavo Petro, rechazó una acción militar ejecutada por Estados Unidos en el Caribe que acabó con la vida de 11 personas presuntamente relacionadas con el tráfico de estupefacientes.
“Si esto es verdad, es un asesinato en cualquier parte del mundo. Llevamos décadas capturando civiles que transportan drogas sin matarlos. Los que transportan drogas no son los grandes narcos, sino los jóvenes muy pobres del Caribe y el Pacífico”, escribió el mandatario en su cuenta de la red social X.
También durante la víspera el mandatario aseguró que si Washington rompe el derecho internacional se replantaría la colaboración mantenida entre ambos países.
Añadió que la cooperación de su nación en la lucha contra el narcotráfico es profunda, a fondo, sin doble moral de su parte, pero supeditada al derecho internacional.
“El gobierno de Estados Unidos si respeta el derecho internacional tiene todo mi apoyo, pero si lo rompe, toca rehacer nuestra colaboración. En mi gobierno, Colombia no colabora con asesinatos. En mi gobierno se hace uso proporcional de la fuerza, como enseñan décadas de sabiduría humana en tratados”, sentenció.