
Gabi (Unidad y Lucha).— La supuesta entrada de más de una decena de drones rusos en espacio aéreo polaco durante la madrugada del 10 de septiembre ha sido la excusa perfecta para que la OTAN pusiera en marcha el «Plan Centinela de Oriente».
Poco se sabe todavía sobre estos drones. Sí se sabe que Rusia lanzó ese ataque, pero aparentemente el objetivo eran instalaciones militares ucranianas. El Gobierno ruso esgrime que estos vehículos no tenían la suficiente autonomía como para llegar a sobrevolar territorio polaco y hay voces que sospechan de un ataque de falsa bandera. A fin de cuentas, el Gobierno ucraniano tiene en su territorio una cantidad considerable de drones rusos capturados o derribados que pudo restaurar y utilizar en favor de sus intereses. En cualquier caso, el Gobierno ruso está dispuesto a colaborar en una investigación que aclare el suceso, pero es probable que eso no interese a los países de la OTAN.
Al contrario: Polonia invocó el artículo 4.º del tratado para poder reunir a los socios y Mark Rutte, su secretario general, presentó el «Plan Centinela de Oriente», con el fin, dicen, de frenar esas supuestas violaciones rusas. De momento, los países implicados son Dinamarca, que enviará dos cazas F-16 y una fragata antiaérea; Francia, tres cazas Rafale; Alemania, cuatro Eurofighter; Reino Unido, aviones de combate Eurofighter Typhoon (todavía no se sabe cuántos); y, cómo no, el Reino de España, que está estudiando la posibilidad de trasladar dos cazas y un avión cisterna de Lituania a Polonia.
Para no sorprender a nadie, Mark Rutte repitió el mantra que siempre acompaña a la OTAN y que solo sus socios pueden llegar a creer: «como alianza defensiva que somos, siempre estamos listos para defendernos». Repitiendo una y otra vez el mismo término intentan alterar la subjetividad de las poblaciones de los países que la integran para que creamos que la OTAN es una herramienta defensiva. Sin embargo, un vistazo a su génesis nos dice lo contrario. La OTAN se crea el 4 de abril de 1949 con el objetivo de contener la expansión política del comunismo. Aunque no es un objetivo declarado, basta con ver su papel en la guerra de Corea. El 31 de marzo de 1954, Viacheslav Mólotov, ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, solicitó el ingreso en la OTAN y le fue denegado. Si la OTAN es una estructura para la paz, ¿por qué no admitir a la segunda potencia económica mundial por aquel entonces?
La OTAN tiene una razón de ser, que es la defensa de los intereses del capital, de un capital en crisis general incapaz de mantener su reproducción ampliada. Esto significa que los beneficios de las grandes multinacionales no son suficientes como para reinvertirlos en otros bienes que generen capital, lo que, sumado a la caída tendencial de la tasa de ganancia, se traduce en un retroceso económico sistémico que afecta a todos los elementos de la sociedad.
Para revertir esta dinámica necesitan, por un lado, bienes baratos en los que invertir; y, por otro, destruir capital para reiniciar el proceso de acumulación. ¿Cuál es la forma más eficaz de conseguirlo? La guerra. Por eso el imperialismo necesita avivarla. Por eso un país como el Estado español, con tantos problemas para garantizar económicamente los servicios públicos más básicos, se ha propuesto invertir más de 33.000 millones de euros en la industria de la muerte. Sin la guerra no son nada. La barbarie ya ha llegado: luchemos por el socialismo.