Cada amenaza del mandatario de los Estados Unidos hacia otra nación genera suspicacia, pues la política de la Administración Trump y los patrones políticos de sucesivos gobiernos estadounidenses confirman que Washington ataca movido por intereses económicos y de expoliación, y no guiado por motivos pacíficos o preocupación por los derechos humanos. Ejemplo de ello son sus ataques a varias naciones de América Latina y el Caribe como Cuba y Venezuela.
Este sábado el mandatario Donald Trump retomó sus arremetidas contra Nigeria, y ordenó al Pentágono comenzar a planificar una posible acción militar contra dicho país, al tiempo que acusó al gobierno nigeriano de permitir el asesinato masivo de cristianos, de lo cual no muestra más evidencia que su palabra.
El mandatario, sin embargo, no refiere las matanzas protagonizadas por el grupo terrorista Boko Haram, en las que miles de nigerianos han perdido la vida, así como se han visto obligados a desplazarse de sus ciudades natales. Así como olvida que la suspensión de actividades de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) tuvo un impacto negativo considerable en los nigerianos a los que beneficiaba, afectados por el terrorismo.
«Si el gobierno nigeriano continúa permitiendo el asesinato de cristianos, Estados Unidos suspenderá de inmediato toda la ayuda a Nigeria y podría entrar en ese país (…) con todas las armas en la mano, para aniquilar por completo a los terroristas islámicos que cometen estas horribles atrocidades», publicó Trump en redes sociales.
Continuó con una orden expresa al Departamento de Guerra para que se prepare una posible acción militar contra el Gobierno: «Si atacamos, será rápido, brutal y contundente, ¡tal como los terroristas atacan a nuestros amados cristianos!», escribió, y la línea pretendidamente amorosa del final desentona con sus amenazas.
Esta amenaza se produce después que el presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, rechazara un anuncio anterior del presidente norteamericano, en el que designaba al país de África Occidental como “un país de especial preocupación” por no haber puesto fin a la «persecución de los cristianos».
El mandatario nigeriano publicó este sábado en sus redes sociales que dicha afirmación de Trump no encaja con la realidad nacional: «La libertad y la tolerancia religiosa han sido y siempre serán un pilar fundamental de nuestra identidad colectiva. Nigeria se opone a la persecución religiosa y no la fomenta. Nigeria es un país con garantías constitucionales para proteger a los ciudadanos de todas las religiones», declaró Tinubu.
Cabe recordar que, de 230 millones de habitantes, la población nigeriana se divide casi por igual entre cristianos y musulmanes. Analistas aseguran que, si bien el grupo extremista Boko Haram ha llevado a cabo ataques contra cristianos por motivos religiosos, la mayoría de las víctimas de los grupos armados son musulmanes en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana.
Este grupo extremista surgió en el 2002, y busca imponer su interpretación radical de la ley islámica, por lo cual uno de sus blancos principales son musulmanes que considera mal practicantes. Desde su formación, Boko Haram ha experimentado divisiones internas, lo que ha dado lugar a la aparición de dos facciones, Boko Haram e Iswap, que ahora operan como grupos terroristas separados pero igualmente peligrosos.
De igual forma, el mandatario olvida mencionar que hace solamente algunos meses, un congresista republicano, Scott Perry, acusó a la USAID de financiar organizaciones terroristas como Boko Haram, Daesh y Al-Qaeda. Perry detalló que USAID destinó 697 millones de dólares anuales, junto con envíos directos de efectivo, a financiar campos de entrenamiento terrorista y grupos extremistas.
El secretario del Departamento de Guerra de EE.UU., Pete Hegseth, confirmó que el Pentágono se está preparando para una posible acción militar contra Nigeria, siguiendo las instrucciones del presidente.
