El verdugo

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El Tío Sam maquilla sus intereses, para mostrarse como adalid de la paz, la libertad y un persecutor de narcotráfico; cuando en realidad es un imperio terrorista y criminal, que además se lucra del narcotráfico, por eso lo deja discurrir libremente en su territorio.

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Damaris Izaguirre (ELN-Voces).— Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los Estados Unidos asumieron como imperio hegemónico y desde entonces han utilizado el sofisma de la paz y la democracia, para inmiscuirse en la política interna de los países, dar Golpes de Estado y dominar gran parte del planeta.

La supuesta paz y democracia defendidas por el Tío Sam, están subordinadas a sus intereses imperiales, por esto, cualquier nación que se separe de sus intereses geopolíticos, es tildado como terrorista y amenaza de la paz mundial, ejemplos claros de esto, son Cuba a quien le aplica un bloqueo económico desde hace más de 6 décadas, Bolivia donde años atrás derroco a su presidente a través de un Golpe Blando.

Los EEUU contra Venezuela han tratado de manipular la política interna, imponer un mandatario acorde sus intereses, les impone sanciones económicas y escala sus acciones con agresiones militares, bajo el sofisma de atacar al narcotráfico, bombardea indiscriminadamente embarcaciones civiles y ahora amenaza con una invasión terrestre, tal como lo ha hecho en el siglo y medio anterior.

Suelen decir que Trump es impulsivo y por eso toma determinaciones incomprensibles y aunque esto es cierto, no se puede desconocer que este solo juega un rol y no es él quien determina la política imperialista de los EEUU.

El imperio norteamericano ha arreciado su operación, para tratar de elevar su hegemonía en decadencia y recuperar lo que asume como su Patio Trasero, en este contexto ha incrementado su asedio contra Venezuela, bajo el manto de una hipócrita lucha contra los carteles del narcotráfico; bombardea lanchas de pescadores sin ninguna prueba de que están cargadas de narcóticos y lo que es peor en un completo desprecio por la vida, la democracia y el derecho internacional, va determinando ejecuciones sin un debido proceso, pero a la par no hace nada para combatir el desembarco de lanchas, navíos y avionetas en suelo norteamericano, que es donde realmente se comercializan los narcóticos, el eslabón de cadena que hace al narcotráfico un gran negocio rentable.

No hay que olvidar a Jaime Garzón, quien a través de unos de sus personajes dijo: “los gringos tienen rabo de paja y la nariz empolvada, además de metérsela toda, ahora quieren metérsenos al rancho; que podrá ser de paja, pero tan digno como el sudor del pueblo oprimido. Detrás de toda narcodemocracia hay un narcoimperialismo”.

Los EEUU son el máximo representante del terrorismo en la era moderna, y está en manos de la lucha popular quitarle su careta, acabar con los planes del Tío Sam, tiene implícito la defensa del liderazgo popular y acabar su exterminio, y este solo puede ser detenido si hacemos una verdadera ruptura con el régimen necrófilo, a través de la lucha organizada y frontal de los excluidos, de los grandes grupos sociales de ascendencia popular, para construir un cambio con equidad social.

Por la soberanía de nuestros pueblos, es perentorio ser la voz independiente y llamar a la unidad de Los Nadie y los latinoamericanos, no solo para defender a Venezuela, sino para hacer respetar la libertad y la autonomía de los pueblos; no podemos olvidar, que hoy van por los venezolanos, pero en un futuro vendrán por nosotros, debemos tener claro que el Tío Sam no tiene amigos, tiene intereses geopolíticos y geoestratégicos y en base a ellos mueve sus fichas y sus tropas.

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