
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Argentina, Axel Kicillof, clausuró este miércoles 5 de noviembre el encuentro en conmemoración de los 20 años de la Cumbre de los Pueblos y el «No al ALCA» en el Teatro Auditorium de Mar del Plata, marcando el cierre de dos jornadas de debate protagonizadas por organizaciones sociales, sindicales y políticas.
El mandatario provincial agradeció la masiva concurrencia, en especial a los organismos de derechos humanos, y destacó la importancia del evento por no ser un simple acto, sino un necesario espacio de discusión, reflexión y trabajo colectivo.
Kicillof profundizó acerca del hito de 2005, calificándolo como uno de los hechos históricos más relevantes de la región, y lo definió como una «nueva declaración de la independencia» de todos los países latinoamericanos. Explicó que la derrota del Área del Libre Comercio de las Américas (ALCA) en Mar del Plata fue el resultado de luchas históricas del continente, afirmando que «quien derrotó al ALCA fue el pueblo latinoamericano».

Adicionalmente, el gobernador bonaerense instó a mantener vivo el espíritu de aquel encuentro, señalando la necesidad de seguir construyendo la unidad latinoamericana, la lucha por la democracia y la resistencia frente al imperialismo.
Durante el discurso, Kicillof analizó el proyecto del ALCA, recordando que este se inició en 1994, en el contexto de la caída del Muro de Berlín y la idea del «fin de la historia» y el «fin de las ideologías». Argumentó que el ALCA era una pieza clave para instaurar un mundo unipolar y un imperio bajo el predominio norteamericano.
Lo que se buscaba, a través de un supuesto tratado de libre comercio, era la subordinación y dependencia institucionalizada de Latinoamérica, con el objetivo de convertir a la región en un componente del mercado estadounidense.
Kicillof desmanteló el discurso de aquel momento sobre «nivelar el campo de juego», explicando que en realidad significaba «inclinar la cancha» hacia las grandes transnacionales, llevando a la pérdida de autonomía y de instrumentos propios de la política económica.
De acuerdo con el mandatario, el ALCA representaba la fase superior del Consenso de Washington, «un recetario con diez mandamientos» que incluía privatizaciones. No obstante, remarcó que, cuando la Administración de George W. Bush llegó a Mar del Plata en 2005, el Consenso ya había fracasado en el continente, ejemplificado por la catástrofe de la crisis de 2001 en Argentina.
En esta misma línea, en un comentario alusivo a la agenda política actual de Argentina, el gobernador advirtió que lo que propone el actual Gobierno es «vino viejo en vasijas nuevas»: la misma política de entrega nacional y de ataque a los intereses populares que ya «se vivió y ya fracasó» en el país.
Kicillof concluyó su discurso mencionado que «no nos podemos dar el lujo» de no tener también un proyecto, un plan, una agenda y objetivos trazados y comunicados «porque la Argentina y los países de América Latina no son el patio trasero de nadie».
El camino es la unidad, el ordenamiento y la integración regional consecuente, la cual debe transformarse en un plan de Gobierno para hacer frente a la «maquinaria inmensa» que representa la derecha internacional y la nueva ultraderecha.
El encuentro, que se extendió por dos días, contó con la participación de más de 26 organizaciones y referentes de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Haití, Nicaragua, México, Costa Rica y Portugal.
Participaron referentes nacionales como la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA-T), la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina Autónoma (CTA-A), la Confederación General del Trabajo (CGT), Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y Mundo Sur, e internacionales como la Confederación Sindical de las Américas (CSA), la Federación Sindical Mundial (FSM), el Foro de Sao Paulo, entre otras organizaciones.

Durante la primera jornada se realizó un panel de apertura con Carlos Bianco (Ministro de Gobierno de PBA), Hugo Yasky (CTA-T), Hugo «Cachorro» Godoy (CTA-A), Marita González (CGT) e Irene Molinari (Madre de Plaza de Mayo).
Carlos Bianco aseguró que «hoy tenemos muchas cosas para decirle no, como en su momento se le dijo No al ALCA. No a la intervención de los Estados Unidos. No a la imposición de los intereses financieros de Wall Street. No a los acuerdos de libre comercio que van a seguir siendo nocivos para países periféricos como la Argentina, si no son tratados de manera asimétrica entre los países que participan».
En tanto, dijo «sí a una construcción verdadera, popular, que sea alternativa en el 2027 a estas políticas de ajuste, de hambre, de extorsión, de crueldad, de represión. Sí imaginar nuevas canciones, sin dejar atrás el legado histórico del peronismo, de las banderas del peronismo«.
Por otra parte, se llevó a cabo un acto solidario con el pueblo de Palestina. Participaron Carlos «Cascote» Bértola, militante de derechos humanos y capitán de una embarcación de la Flotilla Libertad que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, y Rafael Araya Masry, presidente de la Confederación Palestina, Latinoamericana y del Caribe.
La moderadora, Yésica Leyes (secretaria de Juventud de la CTA-T), destacó el rol de las nuevas generaciones en estas luchas: «La causa palestina es la causa de los pueblos del mundo y parte de esos ’No’ que tenemos que seguir diciendo». Subrayó que esta es una lucha que las juventudes llevan adelante activamente en sus ciudades, reconociendo su carácter de batalla global contra la opresión.

