El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados acusó en un comunicado al vecino país de ejecutar crímenes y lanzar una guerra de exterminio contra el enclave costero, donde viven más de dos millones de personas.
El texto denunció la ola de ataques efectuados ayer que causaron la muerte a 22 palestinos “en flagrante violación de todas las leyes y normas humanitarias e internacionales”.
La continuación de esta política agresiva es una prueba concluyente de que el gobierno de extrema derecha del Estado ocupante trabaja para socavar las posibilidades de paz, subrayó.
Además, denunció que Israel intenta imponer “políticas brutales sobre el terreno, sin tener en cuenta los principios más básicos de los derechos humanos o internacional”.
Ante esa situación, la Cancillería llamó al Consejo de Seguridad de la ONU y a los países garantes del alto el fuego, en especial Estados Unidos, a asumir sus responsabilidades.
En ese sentido, instó a presionar al gobierno de Benjamin Nentanyahu para obligarlo a cumplir las resoluciones del Consejo relativas al tema palestino, y en especial a Gaza.
La presión internacional es la única manera de garantizar el cese de la agresión israelí, proteger las vidas de los civiles palestinos y comenzar de inmediato a implementar soluciones políticas genuinas que conduzcan al fin de la ocupación, afirmó.
