El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respaldó este jueves la celebración de un referéndum de autodeterminación de la República Árabe Saharaui Democrática, durante un encuentro con el Embajador saharaui para América Latina y el Caribe, Mohamed Zrug.
«Desde hace décadas, apoyamos el derecho a la autodeterminación de los pueblos. Es decir, que los pueblos escojan libremente su camino y no se los impongan fuerzas extranjeras», declaró el mandatario colombiano.
Afirmó que desde hace décadas apoya la lucha Saharaui por su independencia nacional y recordó que la ONU aprobó que sea un plebiscito del pueblo Saharaui el que defina la decisión de independencia que impide el reino de Marruecos.«La comunidad Saharaui es la única comunidad árabe que habla español. Me han invitado en febrero al Sahara para encontrarme con su pueblo», agregó.
«Aquí la descolonización pasa por un control que Marruecos tiene ilegítimamente sobre su país, que quiere expresarse en consulta y no le dejan para ser república independiente», manifestó Petro y añadió que «Colombia apoya sin temor, sin miedo esta reivindicación».
En referencias anteriores al Sahara Occidental, Petro insistió en que «Colombia no importará fosfatos de marca marroquí que se han extraído de una nación que no les pertenece». Subrayó que «esa posición la mantenemos y lucharemos para que se convierta en norma mundial».
El presidente colombiano reflexionó sobre la necesidad de que otros territorios alcancen la condición de ser reconocidos internacionalmente como Estados, entre ellos los del pueblo kurdo y del pueblo palestino.
De acuerdo con la plataforma Resumen Latinoamericano, desde 1991 «las Naciones Unidas han administrado una misión de mantenimiento de la paz diseñada para llevar a cabo un referéndum que determine el estatus del territorio disputado, el cual está bajo control de Marruecos, excepto por una pequeña franja cerca de la frontera con Argelia».
«Después de años de conflicto, el área ha surgido recientemente como un centro para la inversión que atrae a empresas europeas y estadounidenses interesadas en la pesca, la agricultura y proyectos de infraestructura que permitirían la transmisión de energía eólica y solar», agregó el medio.


