
La justicia polaca, que había paralizado el caso de Pablo González después de que este fuese liberado en un intercambio de prisioneros en 2024, ha reabierto el caso del periodista y el pasado martes 25 de noviembre realizó una audiencia a puerta cerrada. A la vista han asistido el fiscal y los abogados polacos, que no han hecho declaraciones al respecto.
El Tribunal de Distrito de Varsovia anunció en marzo de este año la decisión de suspender el proceso penal, pero en julio hubo un giro de guión y se reanudó. La fecha para la primera audiencia, este 25 de noviembre, se conoció hace un par de semanas.
Como era de esperar, y además había avisado su abogado, el periodista no se presentó en la vista. Según la propia ley polaca Pablo González no puede ser juzgado en su ausencia, como mínimo debe comparecer una vez para declararse culpable, no culpable o acogerse al derecho de no declarar. Si continúa sin hacerlo el juez puede dictar una orden de prisión provisional y de captura, aunque sin ningún efecto ya que Pablo se encuentra fuera del país.
El fiscal ha decidido alargar la pantomima solicitando una nueva fecha para “asegurarse de que el acusado había recibido la notificación” a lo que el juez accedió, por lo que previsiblemente se celebrará otra vista a la que tampoco acudirá.

