
Laura Mercedes Giráldez y Kevin M. Navia (Granma).— Con la firma visionaria de los Comandantes Fidel y Chávez, nació el ALBA-TCP en 2004, mecanismo que no ha cesado en los esfuerzos por alcanzar el que fuese también sueño de Bolívar y Martí: la unión.
Bajo ese estandarte se celebró ayer, de manera virtual, la XXV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA, dedicada al centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y en la que se aprobó una misión internacional de energía y electricidad de apoyo al pueblo de Cuba, como iniciativa del presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien dio instrucciones de elevar todo lo que se hace hoy en ese sentido. Se trata, precisamente, de la voluntad de la Alianza de impulsar la solidaridad y la cooperación entre naciones hermanas.
Además, se condenó los actos de piratería de EE. UU. en el Caribe y se pidió la exclusión de Cuba de la lista de países supuestamente promotores del terrorismo, se reafirmó el compromiso con los derechos de los migrantes y se exigió el cumplimiento de los protocolos de repatriación segura.
En la cita, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, afirmó: «Cometeríamos un error y traicionaríamos más de 200 años de lucha por la independencia de Nuestra América, si los gobiernos latinoamericanos y caribeños no enfrentamos con firmeza la pretensión hegemónica recién declarada por el Gobierno de EE. UU.».
De su lado, el mandatario venezolano destacó que, la Alianza es «el mayor proyecto de unión y emancipación en este tiempo». Y argumentó que, a través del barco del alba han sido movilizadas más de 20 000 toneladas de distintos componentes comerciales y apoyo solidario, lo cual demuestra que la unión de flotas regionales podría generar una nueva emancipación. Además, llamó a recuperar Petrocaribe y a dinamizar Agroalba.
Por su parte, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, hizo referencia al terror que el Gobierno de EE. UU. pretende instaurar en la zona por medio de las sanciones, lo cual, afirmó, forma parte de las estrategias de Washington para apoderarse de los territorios de América Latina.
El Primer Ministro de la Mancomunidad de Dominica, Roosevelt Skerrit significó que este es un momento en el que debe existir mayor unidad y solidaridad entre naciones, mientras que, su homólogo de Santa Lucía, Philip J. Pierre, conminó a preservar la paz.
El Ministro de Asuntos Exteriores, Comercio y Asuntos de Antigua y Barbuda, Chet Greene, rechazó las amenazas imperialistas que atentan contra la seguridad de la región. Y el Ministro de Asuntos Exteriores, Comercio y Desarrollo de Exportaciones de Granada, Joseph Andall, subrayó que la lucha contra las drogas debe hacerse «desde la perspectiva del derecho, y no de la fuerza militar».

