
A través de un comunicado divulgado en la red social X, los insurgentes señalaron que el viernes y sábado las Fuerzas Armadas de RDC y sus aliados lanzaron una campaña de exterminación premeditada, sistemática y centrada en las poblaciones tutsis, con bombas lanzadas con la participación directa del Ejército de Burundi.
Aviones Sukhoï-25, helicópteros de combate y drones militares, desde el territorio burundés bombardearon las comunas Banyamulenges densamente pobladas de Mikenke y Rwesankuku, indicó el documento, que catalogó estos ataques como una violación flagrante y repetida del derecho internacional humanitario.
Añadieron que durante mucho tiempo esta población ha sido blanco de una campaña de limpieza étnica y significaron que la gravedad extrema de estos actos puede calificar como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
La víspera, la AFC/M23 igualmente publicó un comunicado relacionado con la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que el viernes analizó el deterioro de la situación de seguridad en la RDC.
Al respecto, los rebeldes aclararon que su organización es un “movimiento de liberación” que actúa “ante la ausencia de la autoridad estatal” y la colaboración y el patrocinio del “régimen de Kinshasa” con “grupos armados locales y extranjeros, incluidos remanentes de fuerzas genocidas de Ruanda”.
Acusaron al Gobierno de patrocinar la limpieza étnica con blanco en los tutsis congoleños y otras tribus como los Banyamulenge y los Hema; además de plantear la existencia de una mala gobernanza, caracterizada por un Estado prisión donde la oposición y sus principales figuras son silenciadas, encarceladas, asesinadas o forzadas al exilio.
Enfatizaron que cualquier presentación de la AFC/M23 como un grupo armado foráneo o cercanos a Ruanda es una mala representación peligrosa, pues legitima la narrativa gubernamental que busca convertir a una parte de los congoleños en ciudadanos de segunda, sostuvieron.
“Coincidir con Ruanda en cuanto a expresar su preocupación sobre la presencia de fuerzas genocidas no es una alianza”, afirmaron y agregaron que los miembros del grupo luchan por sus derechos, incluido el derecho a ser reconocidos como ciudadanos congoleños, la repatriación de los refugiados y la protección contra la exterminación.
Manifestaron que fueron “forzados a tomar las armas” para defenderse y exhortaron a condenar las acciones del Gobierno de la RDC, que “no respeta ninguno de los acuerdos firmados”.
Sostuvieron que la escalada militar actual proviene de una repetida violación de lo pactado por parte de las Fuerzas Armadas congoleñas en alianza con el Ejército de Burundi, las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda, las milicias Wazalendo y otros mercenarios foráneos.
Aseguraron que la AFC/M23 está convencida de que sólo el diálogo sincero y el respeto por los acuerdos pueden llegar a las raíces del conflicto y pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU que aproveche la oportunidad para exigir a Kinshasa el cumplimiento de los acuerdos firmados en Doha, Qatar.

