
En 2025, la institución, ubicada en Cienfuegos, a unos 250 kilómetros de La Habana, desarrolló 12 proyectos de investigación y desarrollo, de ellos 9 en programas sectoriales de la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada (AENTA) y 3 orientados a problemáticas locales.
Además, participó en 13 proyectos internacionales, con financiamiento del OIEA, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Embajada de Francia en Cuba, el Gobierno de Italia y el Fondo Fiduciario del Convenio de Minamata, según informó la entidad a Prensa Latina, vía internet.
Los resultados científicos más destacados del año estuvieron relacionados con la contaminación marina por plásticos, calidad del aire, gestión del mercurio y monitoreo de ecosistemas costeros, junto a la prestación de servicios científico-técnicos especializados en caracterización de aguas, sedimentos, alimentos y aire.
El CEAC reforzó su papel en la formación de capacidades y la transferencia de conocimientos, mediante entrenamientos, talleres técnicos y acciones de cooperación con instituciones de países como Reino Unido, Corea del Sur, Alemania, México y Chile.
Estas iniciativas contribuyeron al perfeccionamiento del personal, al uso avanzado de equipamiento científico y a la integración del Centro en redes internacionales de investigación ambiental.
El trabajo científico de esta institución incluyó la publicación de numerosos artículos en revistas de impacto y la participación en diversos eventos expositivos internacionales. Estos avales, entre otros, lo hicieron merecedor de la Orden Carlos J. Finlay, máxima distinción que otorga el Estado cubano a la labor científica, símbolo de inspiración y horizonte de excelencia para el colectivo sureño.
El CEAC sobresale también como plataforma de intercambio científico, con vínculos con universidades, centros de investigación y organismos de más de una decena de países.

