
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, afirmó este martes 23 de diciembre, que la designación del fentanilo como arma de destrucción masiva por parte de Estados Unidos constituye un «esfuerzo» para generar pretextos y desarrollar «acciones de guerra» contra países de América Latina y el Caribe.
Rodríguez señaló que el consumo de fentanilo representa un problema real y grave en Estados Unidos, afectando a cientos de miles de ciudadanos. No obstante, subrayó que su clasificación como arma de destrucción masiva busca construir «pretextos mendaces» para desatar conflictos armados contra estados soberanos de la región, derrocar gobiernos legítimos y usurpar los recursos naturales de otros pueblos.
En una declaración emitida en la red social X, el jefe de la diplomacia cubana añadió que Washington pretende ignorar el origen multifactorial del consumo de fentanilo y los estragos que provoca en Estados Unidos. Asimismo, acusó a la Administración estadounidense de «encubrir» las malas prácticas de las corporaciones farmacéuticas de ese país.

Entre estas prácticas, Rodríguez mencionó el amplio mercado de estupefacientes en la nación norteamericana, la prescripción indiscriminada de opioides, anfetaminas y oxicodona, el acceso limitado y costoso a las instituciones de salud, y las vulnerabilidades socioeconómicas que enfrentan sus ciudadanos.
Esta postura omite las demandas de justicia social e instituciones de salud internas, priorizando la hegemonía política sobre el bienestar de las poblaciones afectadas por las adicciones. La denuncia de estas tácticas de dominación que atentan contra la soberanía y la integración de América Latina.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró previamente al fentanilo como arma de destrucción masiva. Esta medida se tomó en respuesta al récord histórico de muertes relacionadas con sobredosis de esta droga, alegando que la misma causa entre 200.000 y 300.000 fallecimientos anuales. El fentanilo, un opioide sintético hasta 50 veces más potente que la heroína y altamente

