Francisco Valverde (Unidad y Lucha).— Tras el supuesto “alto el fuego” y la maniobra de Trump, a pesar del silencio absoluto en los medios de comunicación occidentales, decenas de niñas y niños siguen siendo asesinados en Gaza por parte del ejército de ocupación sionista, que actúa impunemente.
Se hace la guerra a Yemen, que tras su posición heroicamente solidaria con Palestina, sufre un bloqueo por parte de occidente que le conlleva serios problemas de abastecimiento de fármacos y productos sanitarios que sufre su población.
Mientras tanto, Pedro Sánchez, que hace menos de un mes decía honrar a las Brigadas Internacionales con gestos y parafernalia, para vergüenza de todos y todas las antifascistas, frente al cuadro del Gernika, acuerda entregar más de 800 millones de euros para armamento al nazi Zelensky, presidente de Ucrania que continúa en el cargo a pesar de haber rebasado su mandato el pasado mes de mayo, e implicado directamente en casos de corrupción por el manejo de los mismos fondos europeos (y españoles, cedidos por el gobierno de coalición) para mantener la guerra de desgaste contra Rusia.
La dictadura marroquí de Mohamed VI mantiene su plan de extensión del Gran Marruecos, ambicionando territorios de Mauritania, Argelia y Canarias, y a costa de la colonización del territorio saharaui y el recrudecimiento de su pueblo, que se mantiene en pie de lucha, a pesar del abandono por parte de las instituciones internacionales y del estado español, responsable de su descolonización.
EE.UU, le cede a la Unión Europea el papel de hostigador de Rusia, para concentrar sus fuerzas en lo que denominó su patio trasero, con la agresión y amenaza a Venezuela Bolivariana y el recrudecido bloqueo contra Cuba Socialista, mientras prepara la agresión militar contra China en el Pacífico y, principalmente, en la provocación constante con Taiwán. La potencia yanki, que ha venido dominando el mundo durante casi 100 años, comprende plenamente que ya no puede mantener su poder a través del dominio económico, y como hegemón mundial intenta mantenerse en pie a través de la guerra y la agresión en todos los planos, en coordinación con el bloque imperialista occidental, que se articula en torno a la OTAN. China ha ganado ya la carrera de la superioridad económica controlando gran parte de los circuitos productivos y del transporte mercantil mundiales, a través de su estrategia de construcción de una comunidad de futuro compartido, basada en relaciones de respeto e intercambio mutuo entre estados, por lo que al imperialismo solo le queda morir matando, destinando todos sus recursos a la industria de la guerra.
Mientras que a nivel estatal, la derecha y la izquierda burguesa continúan su disputa por el control del estado, el posicionamiento político de todos estos partidos parlamentarios a nivel internacional es idéntico respecto al rearme y el sometimiento a la OTAN y a la Unión Europea.
Vivimos un momento clave en el que se están gestando las condiciones para una guerra mundial directa, en la que la burguesía intenta destinar toda nuestra existencia a la guerra y a la muerte para mantener sus ganancias. Desde los llamados a la privatización y los ataques a las conquistas de la clase trabajadora del PP, la violencia de Vox hacia los sectores más débiles de la clase trabajadora, el mayor incremento de la historia en los presupuestos militares que aúpa este gobierno que encabeza el PsoE, el blanqueo del rearme de la Unión Europea que realiza SUMAR, o la demagogia de Podemos, que hoy confronta, pero ayer en el gobierno mantenía y mantuvo las bases yanquis en territorio estatal y el compromiso firme con la OTAN. Todas estas organizaciones burguesas tienen como objetivo principal someter a la clase trabajadora a la política de sumisión a la OTAN y el rearme que tanto necesita el imperialismo en crisis de dominación.
Ante ello, desde las distintas estructuras antiimperialistas y anti-OTAN de todo el estado, seguimos llamando a la necesidad de organizarnos y movilizar la respuesta para oponernos a su guerra. Decimos bien alto que el pueblo trabajador no seremos cómplices, ni carne de cañón para morir en beneficio de reactivar su ciclo de ganancias.
Ante su lógica belicista. ¡Por la Paz! ¡Que no nos arrastren a la guerra!


