Un informe de 2008, publicado el lunes por el diario británico The Guardian, muestra cómo la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) utilizó a Ammar al-Baluchi, un recluso kuwaití, para que los interrogadores aprendices practicaran con él las técnicas de tortura en una prisión de Afganistán.
Según el documento, Al-Baluchi fue utilizado para enseñar la técnica de “walling” (amurallamiento) que consiste en atraer al detenido hacia el interrogador y luego empujarlo con fuerza contra una pared de madera contrachapada con el objetivo de hacerlo “rebotar”
Al-Baluchi fue sometido a “walling” durante dos horas seguidas, lo que le causó un daño cerebral de moderado a severo, según un documento publicado recientemente como parte de una presentación judicial de sus abogados.
El informe no precisa si Al-Baluchi fue sometido a la agresiva técnica de tortura para sacarle información o para garantizar que todos aprendices pudieran recibir su certificación.
El kuwaití fue detenido por su presunto papel en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 al servir como mensajero del fundador del grupo terrorista Al-Qaeda, Osama Bin Laden.
Baluchi permanece bajo custodia estadounidense en la Bahía de Guantánamo, a pesar de los llamados de las Naciones Unidas y activistas de derechos humanos para que sea liberado.
