En su presentación, la mandataria evocó también la gestión en ese cargo del diplomático peruano Javier Pérez de Cuéllar, de quien dijo fue promotor del diálogo y el consenso cuando ocupó el cargo.
Llamó a los países jefes de Estado y altos funcionarios presentes a trabajar unidos por el desarrollo de los pueblos. “Juntos trabajemos sin odios, procurando el desarrollo; sí a la vida, no a la violencia y no a la guerra”, añadió.
Se refirió también a la propuesta de reforma de la ONU impulsada por el secretario general, António Guterres, y advirtió que si no se reforma, se corre el riesgo de ver afectado a uno de los instrumentos más preciados de la comunidad internacional.
“El mundo no necesita menos ONU, sino más y mejor ONU, acorde con los tiempos”, manifestó Boluarte.
Planteó de otro lado considerar terrorismo a las actividades del crimen organizado internacional, el narcotráfico y la minería ilegal y señaló que esta destruye el medio ambiente y condena a muchos pueblos a la esclavitud.
Dedicó largos pasajes de su intervención a temas de la política interna de su país, entre los cuales atacó al expresidente Pedro Castillo, encarcelado y destituido por intentar la disolución del Congreso y de quien era vicepresidenta.
Defendió además la amnistía para militares, policías y civiles involucrados en violaciones de derechos humanos durante el llamado conflicto interno que vivió Perú de 1980 a 2000, a quienes calificó de “héroes que defendieron a la democracia perseguidos en juicios que se prolongan por décadas”.
La medida es resistida por jueces que invocan la facultad constitucional que les indica desaprobar decisiones que contradicen compromisos jurídicos del Estado peruano con la justicia transnacional.
La amnistía, aprobada por el Parlamento en agosto último, fue descalificada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, según el cual es “una afrenta a las miles de víctimas” y viola la prohibición internacional a amnistías para violaciones de derechos humanos.