
Este jueves 9 de octubre se instaló en la ciudad de Caracas, capital de Venezuela, el Congreso Mundial en Defensa de la Madre Tierra, un encuentro internacional organizado por el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo que reunió a más de tres mil participantes entre líderes, activistas, científicos y representantes de 62 países.
La vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud, Gabriela Jiménez, fue la encargada de inaugurar la cita, y en su discurso resaltó la importancia de reconocer a la Tierra y sus componentes como un ser vivo, esencial para una verdadera transformación del paradigma ambiental global.
En su intervención, la ministra Gabriela Jiménez se refirió a un estudio realizado con comunidades yanomamis de Venezuela, el cual demostró resultados positivos en su microbiota, hecho que vinculó a su conexión con el entorno natural y su dieta.
La también vicepresidenta sectorial de Ciencia, Tecnología, Educación y Salud afirmó que la temperatura del mar Caribe sufre un incremento superior a los 1.5 grados. De igual modo, advirtió que para 2025, «esa misma cuenca amazónica y la cuenca del pacífico» se enfrentarán al doble de ciclones y huracanes, además de un aumento en la evaporación del mar y lluvias abruptas que afectan la biodiversidad y la coexistencia humana.
Jiménez agregó que los cambios climáticos que encara el planeta impactan la actividad agrícola, la vida de los seres humanos y la biodiversidad, al tiempo que subrayó que la solidaridad y la voz de los pueblos del mundo se elevan para confrontar estas consecuencias ambientales.
En tal sentido, la funcionaria venezolana resaltó la necesidad de que los Gobiernos y las naciones del mundo estén verdaderamente preocupados por el impacto del cambio climático e instó a los participantes a reforzar la defensa de la biodiversidad, que se ve afectada por el sistema neoliberal-capitalista que establece una agenda para destruir, extraer y amenazar con conflictos bélicos en las regiones.
«la crisis climática es atribuible a la acción del capitalismo depredador» precisó Jiménez, y consideró que en lugar de «bonos verdes o revolución verde,» se necesita la «revolución de los pueblos» para hacer frente a esta emergencia global.
En la misma línea se pronunció el coordinador del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil, João Pedro Stédile, quien propuso la realización de una marcha mundial el 15 de noviembre para denunciar a los responsables del deterioro ambiental y exigir «un basta a los capitalistas, a sus Gobiernos y un basta al imperialismo.» Stédile afirmó que la crisis actual no es solo ambiental o climática, sino una «crisis producida por el modo de producción capitalista» y sus empresas transnacionales.
El coordinador del movimiento político-social brasileño, propuso organizar una «Cumbre Alternativa» en la ciudad de Belém, Brasil, entre el 12 y el 16 de noviembre, como preparación a la próxima COP30 de la Organización de las Naciones Unidas que sesionará del 10 al 21 de noviembre.
En el debate, también estuvo presente el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, quien anunció la adopción del concepto de “zonas bioculturales”, empleado en Colombia, para eliminar la “absurda barrera” entre el ecosistema y las dinámicas culturales. Villegas destacó que «hoy en el Caribe se debate el destino de la humanidad», aludiendo a las agresiones del Gobierno estadounidense en la región.
A su vez, el ministro de Ecosocialismo, Ricardo Molina, sugirió que la educación ambiental debe integrarse como un proceso formativo transversal. “La educación ambiental tiene que llegar a que la población entienda que es un tema cultural, es un modo de vivir en armonía con la madre tierra”, puntualizó.
Para ello, se prevé la creación de nueve mesas de trabajo sobre temas como justicia ambiental y soberanía ecológica.
De igual modo, el vicepresidente boliviano, David Choquehuanca, hizo presencia en este encuentro en el que propuso la creación de procedimientos de fiscalización, transparencia y penalizaciones para quienes amenacen el medioambiente y propicien la crisis climática.
Choquehuanca fundamentó la propuesta en los eventos históricos de lucha contra colonizadores, capitalistas y explotadores, a quienes responsabilizó de la crisis, y resaltó el respeto que se debe a la Madre Tierra frente al sistema capitalista de dominación.
Por su parte, la ministra para los Pueblos Indígenas de Venezuela, Clara Vidal, afirmó que es el momento propicio para unificar criterios. Aseguró que la lucha contra el “capitalismo salvaje” es una batalla histórica en defensa de la vida. “Nosotros no anunciamos guerra, nosotros queremos paz”, declaró.
La ministra convocó a todas las comunidades indígenas del mundo para rescatar el planeta y expresó su esperanza de que el encuentro genere “una hermosa propuesta unificada rumbo a una COP30”.
El Congreso, que se extenderá hasta el viernes 10 de octubre en el Centro de Convenciones del Parque Simón Bolívar, incluye una agenda que busca articular una agenda global por la vida y contra el extractivismo. La jornada comenzó con el rito chamánico «Bendición a la Madre Tierra».
Este Congreso sesionará hasta el viernes 10 de octubre en el Centro de Convenciones del Parque Simón Bolívar. Entre los temas de debates están los Derechos de la Madre Tierra; la crisis climática y el modelo socioeconómico imperante; la biodiversidad en riesgo; conflictos socio ambientales y los derechos humanos; contaminación y residuos; economía sostenible, entre otros.