
Desconsiderar el significado y las consecuencias de los diversos aspectos de todos los sucesos sociales que acontecen, no solo obliga a repetirlos, cayendo una y otra vez en el mismo error, sino que fortalece la dominación ideológica y política del Estado y la clase social a la que éste representa. En ese sentido, siempre será un buen propósito, aprender de la experiencia y sacar conclusiones prácticas desde las que avanzar acumulando fuerzas hacia el Socialismo.
Por esa razón, es que como Partido Comunista, siempre reivindicaremos un pensamiento profundamente crítico con la realidad y sus falsas apariencias, pues sin ese arsenal de conocimiento y acción que se requiere para plantear la alternativa social realmente transformadora, siempre se acaba yendo a remolque de lo que marque el Poder burgués y abandonando las metas propuestas desde la independencia de clase.
En consecuencia, combatir todos los marcos de intervención política e ideológica propuestos desde las diversas instancias que representan los intereses del capital es una premisa fundamental para cualquier posición revolucionaria. Cuestionar todo lo que llega desde las estructuras políticas, ideológicas, sociales y mediáticas que lo representan, es un deber de todas las organizaciones revolucionarias y no hacerlo es un grave error.
Sus mensajes y propuestas pueden parecer cercanos, pero sepamos que NUNCA lo son y SIEMPRE defienden la mano que los alimenta.
Aprendamos que, tanto la socialdemocracia del PSOE y sus socios de gobierno, como los prestos adláteres sindicales y el oligárquico altavoz mediático del Grupo Prisa, siempre guardan un as en la manga destinado a encauzar la movilización popular a objetivos que sostengan la estabilidad institucional y sistémica, ejerciendo de muro de contención ante cualquier cambio de mano de la clase obrera, evitando que pueda desbordarse y recorrer espacios espurios para la defensa de sus intereses capitalistas.
Por tanto, la lección básica que hay que extraer de toda situación en la que estos intervengan a favor de la corriente que sitúan las reivindicaciones populares, es que, si son los lacayos quienes acaban marcando el paso de la lucha, sin que se tenga la capacidad de trascenderlos, colocándola en los parámetros propios de la reivindicación de las masas, esto es un obstáculo para las fuerzas que representan los intereses del campo obrero y popular.
Lo hicieron en las movilizaciones por el 0,7%, contra las pruebas nucleares en Mururoa y la invasión de Iraq, lo repitieron el 15M y, tras casi dos años de genocidio que solo han verbalizado como tal en los últimos meses, lo han vuelto a hacer con Palestina tratando de canalizar la masiva respuesta popular a los límites de un alto el fuego que sigue condenando al pueblo palestino al terror genocida del criminal colonialismo sionista.
Es evidente…,una vez más lo han vuelto a hacer y ahora su único propósito es la desmovilización y volver a encauzar todo en la senda electoral con el cínico propósito de frenar a la derecha que apoyó el genocidio. APRENDAMOS de la lección y saquemos conclusiones.
La primera: tras cada uno de los procesos masivos de movilización que se suceden cíclicamente al calor de los escenarios más álgidos de la lucha de clases y que, como todas las cosas, finalmente tienen su ocaso, nuestra mayor responsabilidad siempre es la misma:
- lograr que queden estructuras organizadas estables capaces de continuar con la lucha definiendo nuevos objetivos[1] y, desde la propia experiencia de participación de las masas y maduración de sus posiciones políticas, proyectarlas a escenarios superiores de confrontación con el Estado burgués, conformándose como realidades organizativas del FOPS.
Evaluemos en cada lugar lo realizado en función de ese objetivo y tendremos un resultado certero de lo conseguido a lo largo de estos dos años de lucha por Palestina y su derecho a existir.
Unir la lucha internacionalista y por la Paz
Por lo demás, es incuestionable que, ante escenario de creciente violencia y belicismo (Rusia/OTAN, Irán/Sión, Venezuela y toda Latinoamérica y el Caribe) la responsabilidad que asumimos como Partido Comunista, es situar con claridad a todas las instancias nacionalistas y antibelicistas, la necesidad de elevar la lucha antiimperialista a metas superiores, dirigida a conseguir unir unas luchas que hoy, sin capacidad de avanzar socialmente, se desarrollan de forma descoordinada sin que se proyecten a un propósito común.
No hacerlo sería vivir de espaldas a una realidad que ya no tiene más espera y a la que, de forma perentoria, hay que responder a la ofensiva si se quiere estar a la altura de las exigencias de la lucha de clases a nivel internacional.
Apuntan a Venezuela y nada justifica quedarse al margen o estancados en una foto fija de la solidaridad que, si bien fue precisa años atrás, hoy es preciso trascenderla en el sentido de avanzar hacia la conformación de un amplio Frente Mundial Antiimperialista.
La responsabilidad que nos incumbe es que, sobre la base de unos acuerdos políticos básicos, se avance hacia los mayores niveles de unidad de acción de todos los colectivos y organizaciones antiimperialistas en un movimiento plural en la defensa de la soberanía venezolana.
España…va bien
Como calculado refugio del gobierno ante las evidencias de una creciente pobreza entre amplios sectores de la clase trabajadora, son constantes los datos favorables de empleo que se ofrecen a modo de ejemplo de lo bien que marcha la economía española en contraste con el resto de economías europeas.
Desde el manido ejemplo de la locomotora económica al del cañón, todas las referencias que se hacen, obvian que las cifras que manejan, no solo es que carecen de la más mínima base firme y estructural con capacidad de proyectarse al futuro con ciertas garantías, sino que son tan efímeras que en esencia son falsas.
De lo que presume este Gobierno y la ministra de Trabajo y líder de Sumar, es de un empleo fundamentado en el sector servicios – turismo básicamente- con alta estacionalidad y mucha, muchísima precariedad y bajos salarios que son un ejemplo de ese cada vez mayor colectivo de trabajadores, hombres y mujeres que, pese a hacerlo a jornada completa y con pluriempleos en muchas ocasiones, son pobres porque les es imposible llegar a fin de mes con las facturas más básicas pagadas. La foto de familias obreras que tienen que priorizar gastos porque atender todos le es imposible, es la realidad de las finanzas de un gran número de personas que viven y venden su fuerza de trabajo en el Estado español.
Pero también, no lo olvidemos, se fundamenta en un empleo basado en la inyección constante de dinero al Capital a través de los famosos fondos Next Generation. Préstamos por importe de 70.000 millones de euros a devolver hasta diciembre de 2058, con los que se incrementa una deuda pública impagable y de la que solo se ha aprovechado la burguesía, pero que condicionará los constantes recortes en servicios públicos, incluidos el Sistema Público de Pensiones.
Por tanto, es necesario tener muy en cuenta que, en un país donde el despido es libre y basta con pagarlo o encontrar cualquier motivación contable para justificarlo, el riesgo de presumir de datos de ocupación, es un riesgo que muy pronto se le puede convertir en un arma de doble filo al Gobierno.
Hagamos de esta realidad una herramienta de la lucha obrera y popular y, con ello, evitaremos también que se convierta en una entrada al populismo reaccionario y al fascismo entre la clase obrera. Es una prioridad acabar con la sumisión de importantes sectores de la clase trabajadora a este discurso profundamente antiobrero que, entre otras joyas reaccionarias y racistas, defiende el despido libre y la privatización de los servicios públicos, incluido el Sistema Público de Pensiones.
———-
[1] Uno absolutamente fundamental en este momento es la exigencia de un Juicio Internacional contra los responsables políticos del genocidio perpetrado en Gaza, así como la reivindicación del pleno derecho a existir de Palestina sin la presencia colonial sionista.

