Sin embargo, un análisis del Instituto del Bank of America, publicado esta semana, se estima que el 24 por ciento de las familias estadounidenses está de cheque en cheque a partir del análisis de datos internos de sus decenas de millones de clientes.
Según la institución financiera, al rastrear los movimientos, determinó que esa proporción gasta más del 95 de sus ingresos en necesidades básicas como vivienda, gasolina, alimentos, cuidado infantil y servicios públicos, lo que deja poco o nada para cosas “agradables” como salir a cenar o irse de vacaciones, y mucho menos para ahorrar.
De acuerdo con el informe, citado en medios locales, la economía es en forma de K, donde los estadounidenses más acomodados están mucho mejor que quienes se encuentran en la base.
Muchos luchan por subsistir, incluso mientras el presidente Donald Trump desestima las preocupaciones sobre el costo de vida como una “farsa” creada por los demócratas con base en encuestas “falsas”, dijo la cadena CNN.
Sencillamente, los hogares de ingresos altos y bajos están viviendo “en dos mundos distintos”, advirtió Joe Wadford, economista del Instituto del Bank of America, en declaraciones a la cadena televisiva.
Para los que están en lado de los de menores ingresos, los precios tienen un ritmo preocupante, en especial cuando la inflación volvió a acelerarse.


