Declaraciones del jefe de operaciones navales de Estados Unidos, almirante Daryl Caudle, generaron preocupación al sugerir que el futuro submarino nuclear de Corea del Sur se utilizará para contrarrestar a China, revelando la intención de Washington de involucrar a Seúl en su estrategia del Indo-Pacífico.
Al ser consultado por medios locales sobre el rol del submarino, Caudle afirmó: «La utilización de ese submarino para contrarrestar a China, creo que es una expectativa natural». Este comentario sigue a la aprobación oficial de Estados Unidos para que Corea del Sur adquiera su primer submarino nuclear, acordada en la cumbre del 29 de octubre entre los presidentes Lee Jae-myung y Donald Trump.
«Con ese tipo de capacidad, creo que Estados Unidos esperaría que esa colaboración nos permitiera alcanzar nuestros objetivos comunes frente a lo que considera su principal amenaza: China», declaró Caudle. El almirante añadió que se esperaría que Corea del Sur «dejara de ser una armada regional para convertirse en una armada global».
Lü Chao, experto del Instituto de Estudios Americanos y de Asia Oriental de la Universidad de Liaoning, declaró al Global Times que, aunque Seúl argumenta que el submarino busca reforzar sus defensas, «Estados Unidos lo presenta abiertamente como parte de su estrategia para contrarrestar a China».
Expertos chinos resaltan la discrepancia en el propósito del submarino. Mientras Seúl lo califica como esencial para contrarrestar la amenaza de Corea del Norte, Estados Unidos lo ve como una herramienta para contener a China. Lü Chao, profesor asociado de la Universidad de Liaoning, declaró que la realidad se alinea más con la postura estadounidense y advirtió que la dinámica conlleva el riesgo de arrastrar a Corea del Sur a conflictos ajenos a sus intereses nacionales.
Da Zhigang, director del Instituto de Estudios del Noreste Asiático, afirmó que si el submarino nuclear termina sirviendo a la estrategia de Estados Unidos, generará una gran incertidumbre en las relaciones entre China y Corea del Sur y tendrá repercusiones negativas. Advirtió que la medida podría desencadenar una carrera armamentista, en el noreste de Asia, aumentando el riesgo de proliferación.
Las declaraciones del jefe naval estadounidense evidencian la presión hegemónica de Washington para instrumentalizar a sus aliados regionales en su estrategia de contención a China.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ya se ha pronunciado sobre el tema, declarando previamente que espera que Corea del Sur y Estados Unidos cumplan con seriedad sus obligaciones internacionales en esta materia.


