En respuesta a las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en las que afirmó que el petróleo de Venezuela le pertenece a su país, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, exigió al mandatario estadounidense devolver los territorios de Texas y California, calificándolos como zonas «invadidas y robadas» por Estados Unidos.
«Texas no fue vendido, fue invadido, igual que California y todo el sur de los Estados Unidos», sentenció Petro, agregando: «Ahí si un presidente latinoamericano puede decir devuélvanlo, nos lo robaron». Lejos de abogar por una escalada bélica, Gustavo Petro propuso establecer una mesa de negociación basada en la equidad y el derecho internacional.
En este sentido, el mandatario sugirió poner sobre la mesa las reclamaciones territoriales: «lo que nos quitaron y lo que ellos creen que le hemos quitado, que no le hemos quitado nada». Asimismo, hizo un énfasis en que las soluciones deben darse de forma «dialogada y de tú a tú», rechazando el uso de «misiles sobre los pobres» como herramienta de política exterior.
En el mismo contexto de las declaraciones de Trump sobre los recursos venezolanos, el pasado jueves 18 de diciembre, el presidente colombiano señaló que existe un «desconocimiento total» de las leyes regionales por parte de Estados Unidos.
Petro explicó que el conflicto nace de una diferencia legal fundamental: mientras que en el sistema estadounidense el dueño del terreno es también dueño de lo que hay debajo, en Colombia y el resto de América Latina, el subsuelo pertenece constitucionalmente a la Nación.
«Sustentar medidas soberanas sobre la propiedad de la Nación no es robo», enfatizó Petro, aclarando que estas leyes son decisiones democráticas respaldadas por los votos de los pueblos soberanos.
Como contraargumento a la retórica del inquilino de la Casa Blanca, Petro enfatizó que bajo la misma lógica de «reclamar lo propio», México tendría el derecho histórico de exigir la devolución de Texas, California, Florida y Nuevo México, territorios que fueron tomados por la fuerza.
