Por medio de un comunicado compartido por el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, el Gobierno expresó su rotundo rechazo ante el reconocimiento de Israel hacia la región separatista de Somalilandia y advierte con severidad que estas acciones unilaterales socavan la estabilidad regional y representan un peligroso precedente para el sistema internacional. La diplomacia bolivariana enfatizó que el respeto a la soberanía estatal es un pilar innegociable para la convivencia pacífica entre los pueblos.
En el texto, Venezuela hace un llamado urgente a la resolución pacífica de controversias mediante el diálogo, el respeto mutuo y los mecanismos multilaterales. El canciller Gil subrayó que una solución duradera a los complejos desafíos que enfrenta Somalia y evitar el colapso definitivo del Estado, solo puede lograrse respetando su soberanía absoluta y apoyando a sus instituciones legítimas.
El comunicado es enfático al señalar que cualquier tipo de injerencia en asuntos internos que vulnere la integridad territorial de una nación africana atenta contra los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas.
La Cancillería venezolana insiste en que la estabilidad del sistema internacional depende del cumplimiento estricto de las normas que prohíben el desmembramiento de naciones mediante acuerdos externos. El Gobierno Bolivariano ratifica su política de solidaridad con las naciones que defienden su soberanía frente a las pretensiones de potencias que buscan rediseñar fronteras según sus intereses estratégicos.
En la misma línea, reiteró, además, su invariable compromiso con la paz, la autodeterminación y la construcción de un orden mundial multicéntrico y pluripolar que sea justo y respetuoso del derecho internacional.
El pronunciamiento de Venezuela surge como respuesta al anuncio realizado el pasado viernes 26 de diciembre por la oficina del primer ministro del régimen de Israel, Benjamín Netanyahu, donde oficializó su reconocimiento a Somalilandia como Estado independiente.
El acuerdo israelí incluyó la firma de una declaración de reconocimiento mutuo y una agenda de cooperación en sectores como salud, tecnología y agricultura, lo que generó una ola de rechazo en el Sur Global.
Gobiernos de naciones como Egipto, Türkiye y Yibuti también se pronunciaron manifestando su rechazo a la postura israelí. Los cuatro países enfatizon su apoyo total a la integridad territorial somalí frente a lo que consideran una provocación política.
Desde la caída del régimen de Mohamed Siad Barre en 1991, la estructura de Somalia como Estado único colapsó, dando paso a una fragmentación territorial. En la actualidad, la legitimidad internacional se concentra exclusivamente en el Gobierno Federal, cuya autoridad se limita principalmente a la capital, Mogadiscio, y a sectores específicos del país.
El vacío de poder central ha permitido la consolidación de diversas entidades autogestionadas y Administraciones regionales que operan fuera del control de la capital. Un ejemplo es la República de Somalilandia, ubicada en el norte, la cual sostiene una independencia de facto que el resto del mundo aún interpreta como parte de la federación somalí.
De igual manera, hacia el este, la región de Puntlandia ha mantenido su propio régimen de autonomía desde su declaración oficial en 1998.




